José Ramón Jiménez Cuesta, Ciudadanos por Granada.
No puede ser más decepcionante el artículo escrito por Mariano Gutiérrez Terrón sobre el Milenio. Nos señala que la clave es creer y que el Ayuntamiento de Granada, medios de comunicación y partidos políticos no creen. No puede ser más pueril la argumentación. Que yo sepa, el verbo creer se utiliza para otras cosas. El Milenio es planificar, presupuestar y ejecutar, verbos que no tienen nada que ver con la palabra creer. La realidad es única e indiscutible: corresponde a la Junta de Andalucía, institución que prometió el Milenio, financiar un plan ambicioso sobre el mismo y volver a poner a Granada y a las provincias orientales en un mapa del que nos quitaron hace treinta años. La enésima promesa de Chaves que deja incumplida con esta tierra, y si al final financian algo, esperemos
que no nos lo descuenten año tras año en sus presupuestos, como hicieron con el Mundial de Esquí.
No sé si el sr. Terrón quiere algún cargo o espera algo de la Junta, pero en su condición de ex-diputado, ex-delegado de Gobierno de la Junta y otros cargos, podría hacer un poco de autocrítica sobre lo que ha dejado de hacer con nuestra tierra y dejar de criticar y pedir que financien el Milenio los que no lo prometieron y no tienen el presupuesto para ello. Lo peor de dicho artículo, su párrafo final en el que arremete contra la sociedad “lacrimógena” granadina por criticar a la Junta de Andalucía. De “lacrimógena” nada, ya que es una realidad y sí, “lloramos” porque nos da pena la realidad objetiva de nuestra tierra, que ya vemos que le duele bien poco. No sé si su intención será que nos callemos y que los que luchamos desde el asociacionismo por nuestra ciudad nos quedemos callados, no nos manifestemos y no utilicemos la ventana de la prensa (cuando nos la dan) para protestar. A lo mejor prefiere una Granada silenciada y dormida que se quede callada ante tanta promesa incumplida con nuestra tierra, seguramente prefiere una Granada que siga dominada por una generación de políticos que han hecho de su servilismo ante el partido en Sevilla el eje de su supervivencia política.
Loading ...