Publicado en Ideal el 03/11/2007.
Desde Cabo Verde a Canadá y de Moldavia a Guatemala, Granada tiene ya representantes de un centenar de países de todo el mundo En sólo un lustro, la llegada de extranjeros se ha triplicado y en una década se multiplicó por ocho.
Una vecina del Zaidín, hace unos años, se extrañaba con el color de la piel del trabajador social ecuatoriano que iba a visitarla a casa. «Es que no sois ni blancos ni negros», le decía con cariño la mujer mayor al joven. Este le respondía: «Hágase la idea de que somos de color marrón». Hoy, esa vecina del Zaidín comparte autobús, paseos o tiendas con cerca de dos mil ecuatorianos que desde hace un lustro están cambiando su barrio. Un fenómeno de transformación que es exportable a otros muchos puntos de la provincia granadina que en sólo diez años ha visto como la población inmigrante que recibía se multiplicaba por ocho.
La transformación es visible en numerosas calles del Zaidín, Chana o Albaicín, en los estantes de los supermercados, que cada año traen más alimentos de exportación, y por supuesto en las escuelas.
La imagen de mezcla de culturas que se ve por la calle tiene una clara explicación echando un ojo a las estadísticas. Granada ha pasado de acoger a 6.476 extranjeros con permiso de residencia en 1998, a dar cobijo a 48.545, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de finales de 2006. En estos años, una década escasa, la cifra de extranjeros se ha multiplicado por ocho y se triplicó en los últimos cinco años. Pero además de la cantidad, es curioso comprobar, en este caso, la variedad.
De todo el mundo
La llegada de extranjeros que eligen Granada para quedarse a vivir está también marcada por la gran cantidad de países de procedencia. Si en 1998, la lista de nacionalidades se quedaba en unos cincuenta, ahora son más de un centenar.
En 1998 la presencia de inmigrantes marroquíes era ya significativa en la provincia, ya que constituían el grupo más numeroso del total, un 18%, con 1.183 súbditos. Le seguían los ciudadanos procedentes del Reino Unido, que ya eran un 11%, con 716 británicos repartidos por la geografía granadina. El siguiente grupo en importancia, a finales de la década de los 90, eran los argentinos, con un grupo de 308, una cifra que no alcanzaba el 5%. El resto, un goteo de grupos más pequeños que se repartían entre otros cincuenta países.
En aquellos años no había rastro apenas de subsaharianos, ni de ecuatorianos o colombianos, ni el acento rumano se oía casi por las calles de la provincia.
La situación de Europa del Este, la proliferación de las mafias y sus ‘líneas regulares’ de pateras, o el corralito argentino, fueron cambiando esa tónica y convirtiendo a Granada en una ciudad aún más multicultural de lo que siempre ha sido.
Los que escapaban
Y es que hasta entonces, en esos años 90, muchos de los extranjeros que vivían en Granada se mudaban para disfrutar del sol de la Costa, la tranquilidad de la Alpujarra o la belleza de la capital. Sin embargo, los primeros años del siglo veintiuno fueron los de aquellos americanos, europeos o africanos que se movían para escapar de la pobreza de sus países.
El fenómeno de las pateras no se limitaba ya al desembarco de marroquíes. África envió a Granada a 1.249 senegaleses -contando sólo a los que se han empadronado-, la cifra de marroquíes se multiplicó por seis y llegó a los 7.419; se quedaron en tierras granadinas 250 argelinos y además hay actualmente representantes de otros países como Nigeria (119), Guinea Ecuatorial (58), Mauritania (58) o Mali (50). Hasta veintidós países africanos tienen representación en Granada y siempre hablando de los que constan en el censo.
Pero pese a que la presencia africana parezca significativa en Granada -son 9.387 en total-, el continente que más ciudadanos aporta es Europa con bastante diferencia.
Los 23.224 europeos que están actualmente censados en la provincia son casi la mitad de los extranjeros. El grupo más abultado entre los que vienen de este continente es el de los rumanos, un país del que no había apenas ciudadanos hace sólo siete años. La auténtica ‘avalancha’ empezó en 2002. Por aquel entonces eran sólo 486, pero cada año prácticamente se duplicaba esta proporción, hasta llegar a los 6.789 empadronados actualmente. Se ha multiplicado por trece, nada menos, en sólo cinco años.
El siguiente grupo es el de los británicos, de los que hay censados ya 5.637 en la provincia. Una presencia que quizá llama menos la atención porque localidades de la Costa, como Almuñécar, han sido casi anglófonas desde hace más de una década. Pero también hay en Granada italianos (1.475), alemanes (1.749), franceses (1348), rusos (1004) o lituanos (633). En la lista del censo granadinos hay representantes de casi todos los países europeos, incluidos Armenia, Moldavia o Albania.
Tras los súbditos europeos, el segundo grupo más numeroso sería el de los hispanoamericanos, que han empezado a llegar de forma masiva también en el último lustro. Si en 1998 eran los argentinos los más numerosos, actualmente son los bolivianos los que marcan el ritmo, una nacionalidad sin casi presencia hace sólo una década.
Con 3.468 residentes censados, encabezan los bolivianos, seguidos de los argentinos (3.292), ecuatorianos (2.227) y colombianos (2.028). Sigue la lista para incluir, con menor número de representantes, a México, Uruguay, Brasil o Perú. Hasta veintidós países americanos -incluido Estados Unidos- se reparten la procedencia de los 14.000 censados en Granada. Hace sólo una década no llegaban ni siquiera a mil.
Estancia irregular
A todo este repaso de la inmigración en Granada habría que sumar los que proceden de Asia, un grupo mucho menor -1.647 en total-, pero en el que destacan Pakistán (167), Siria (103), Japón (101) y por supuesto China, el más numeroso con casi mil compatriotas en nuestra provincia.
Todo lo demás, esos 48.525 extranjeros de los que se ha hecho la radiografía hasta ahora, son los que viven en Granada según el padrón municipal a finales de 2006. El dato de los que tienen tarjeta de residencia, y por tanto su estancia es completamente regular, actualizado a finales de junio de 2007, se eleva hasta 50.289, lo que demuestra la tendencia al alza de este fenómeno.
Pero hay que tener en cuenta que la presencia real de los inmigrantes es mucho mayor. Al menos en 10.266 personas, que son los extranjeros que solicitaron la tarjeta sanitaria en la provincia pese a estar en situación irregular en España. Estos datos ofrecidos por la Consejería de Salud de la Junta, dan una idea aproximada de los que aún viven al margen de las estadísticas, que seguro que son más abultadas en la calle que en los datos oficiales. Esta ‘irregularidad’ también los aleja, en muchas ocasiones, de las condiciones dignas de vida y trabajo.
Loading ...