Publicado en Ideal el 02/07/2007.
Remedios Sánchez.
Andaba yo muy ufana pensando en que, con la constitución de la nueva Corporación del Ayuntamiento, las tres primeras decisiones que se iban a tomar por acuerdo de todos eran firmar el convenio para el AVE Granada-Madrid, dado que Torres Vela prometió hacerlo en un mes (claro está, si ganaba), bajar el IBI e instalar el metro, tranvía, o lo que sea por vía de urgencia para que pasara, a ser posible, por la puerta de mi casa. Sin embargo, nuevamente ha fallado mi fino olfato ciudadano; Torres Hurtado, ganador por goleada de las últimas elecciones, en lo primero que se ha puesto de acuerdo con el líder de la oposición, Torres Vela, ha sido en una subida sustancial del sueldo, que la vida está muy cara y con esos poco más de cincuenta mil euros que ganaba (dietas no incluidas) resulta que el pobre, tenía dificultades para llegar a fin de mes. Por ello, nada mejor que esa subida del diez por cierto con la que los ediles peperos comienzan su mandato con buen pie y mejor ánimo de trabajo; sin embargo, aquí los que están de auténtica enhorabuena son los del PSOE, que de un plumazo van a ver subida su nómina un treinta por ciento por decir ahora diego donde dijeron digo hace cuatro años. Como ya decía su lema de campaña, ahora más; por lo menos en eso cumplen. Sólo Izquierda Unida, Lola Ruiz y Manuel Morales, lo han considerado una indecencia porque ellos, la actual izquierda legítima, parece que están acostumbrados a vivir con menos peculio. Lo cual que la auténtica izquierda parece que son los únicos que han captado el sentir ciudadano.
Para que luego digan que en Granada somos unos tacaños. Aquí, para nuestros ediles -con excepción de IU- nos dejamos de paupérrimas subidas de IPC y demás zarandajas propias de electores de a pie con hipoteca, que eso queda para el pueblo llano y nuestras usías son concejales, les acabamos de votar y tienen que mantener un estatus para los próximos cuatro años, o sea, un nivel de vida acorde con su nueva o perenne situación, dependiendo del caso.
Sin embargo, los columnistas, mis queridos colegas, se han puesto algo intratables por estos pocos eurillos o eurazos, según se mire, y se han echado las manos a la cabeza, a la cartera y finalmente a la pluma. No comprenden -no comprendemos, en nuestra cerrazón y torpeza envidiosa- que lo primero es lo primero. No hemos sido capaces de atender a las razones de PP Y PSOE, de Torres Hurtado y Domech -menudo comienzo- y eso que José Torres se ha explicado, como acostumbra: como un libro abierto (un día de estos les diré en concreto qué libro). Ha dicho el primer edil que, si trabajan más, a nosotros, los habitantes de esta santa ciudad, nos da igual la subida y que a partir de ahora «trabajarán con toda intensidad por Granada», especialmente los de su grupo y los asesores galácticos contratados digitalmente (a dedo, vamos) con sueldos de jugadores del Real Madrid por hacer la o con un canuto. De lo cual, los malpensados entre los que me encuentro, seguro que deducimos que en la anterior legislatura los del PP han trabajado un diez por ciento menos de lo que podían y debían y los del PSOE un treinta (he aquí la explicación del descalabro sociata sólo con leer entre líneas lo dicho por nuestro brillante alcalde). Por lo tanto, nada de mirar atrás; seamos positivos: ahora que están contentos con la nómina van a currar con ahínco. Lo ha dicho el alcalde y ya se sabe que los alcaldes nunca mienten. ¿Qué importa si es por un diez o un treinta por ciento más? Como si se suben un cien por cien. Todo por nuestros concejales, por tener un consistorio lleno de lumbreras dedicando las veinticuatro horas del día a facilitarnos la vida. Si da igual, oigan. No sean avaros ni tiquismiquis, que no tocamos a tanto; con que suban un poco más los exiguos impuestos ya está: esta ronda -y las que vengan- la pagamos entre todos.