Tres asociaciones vecinales critican en sus alegaciones que las medias sonoras por distritos “carecen totalmente de sentido”. Consideran que se ha querido dar una versión “excesivamente optimista”.
Publicado en Granada Hoy el 28/06/2008.
El mapa de ruidos tiene algunos descosidos que ponen en tela de juicio su validez, según las alegaciones presentadas ayer por tres asociaciones vecinales. Granada contra el Ruido, Ciudadanos por Granada y la asociación de vecinos del Bajo Albaicín firman un documento en el que critican, para empezar, “varios errores de bulto en la asignación de calles a distritos y barrios”. En concreto, en la lista de valores medios calle por calle se incluyen la Gran Vía y la calle San Juan de Dios en el Albaicín, la calle Alhamar en el distrito centro, la avenida de Dílar en Genil y el Camino de Ronda en la Chana.“No somos capaces de aventurar el efecto que estos errores han podido tener sobre los resultados”, advierten las asociaciones, que explican que no pueden concretarlo por “la falta de información de los procedimientos de cálculo” del mapa de ruidos, un documento que el Ayuntamiento encargó a la Universidad y que se encuentra ahora en periodo de información pública.
El valor medio de cada distrito no está bien calculado, según los vecinos, que indican que “parece ser” una media aritmética de los de los decibelios registrados en cada calle. En ese caso, “carecen totalmente de sentido”, defienden. Por un lado, explican que no tiene sentido hallar directamente la media de los decibelios, sino que hay que calcular la intensidad sonora que representan. Y por otro, la media por calles otorga igual peso a callejones muy cortos y poco poblados que a grandes avenidas de población mucho mayor.
De este modo, en barrios con muchas calles pequeñas y con poca población bajaría el valor medio, pese a que las calles donde realmente reside la mayor parte de la gente sí sean muy ruidosas, más aún si estas son grandes, porque pese a su tamaño contarían como una sola calle. Con los cálculos de las asociaciones, Granada alcanzaría un valor medio de 64,6 decibelios, en lugar de 61,8, que es el que le otorga el estudio, y el Albaicín, 65,4 decibelios, en vez de 57,6.
Las asociaciones vecinales consideran que se ha intentado dar una versión “excesivamente positiva” y piden que el mapa de ruidos sea retirado para corregir sus deficiencias. “No nos parece lógico que zonas como Elvira, con alta concentración de actividades de ocio y movida, además de tráfico intenso, tengan valores menores que calles peatonales o con paso esporádico de vehículos y sin actividades de ninguna clase como Oidores o Aljibe de Trillo” afirman. Así, otra de sus preocupaciones es que “se silencia” si los niveles sonoros incluyen o no el ruido producido por otras actividades a parte del tráfico, desde los talleres de cerrajería hasta el botellón, “cuando en algunas zonas de Granada son el principal factor de ruido”. Algo parecido les inquieta respecto a la autovía: “Nada indica si este ruido ha sido acumulado”.
Denuncian, asimismo, que faltan en el mapa de ruidos algunas informaciones que la ley exige que se incluyan en un documento de este tipo, como el número de personas, viviendas, centros docentes y hospitales expuestos a los índices acústicos. A esto se suma que el Ayuntamiento aún no ha definido las áreas de sensibilidad acústica, es decir, qué zonas se consideran residenciales y cuáles industriales, por ejemplo, lo cual, a su juicio, hace “imposible determinar dónde y cuándo se exceden los límites”. Los vecinos, que también critican que la información no sea más accesible, tachan de generales las indicaciones del plan de acción y lo critican por la ausencia de fechas, responsables, recursos y procedimientos de control. En este sentido, subrayan que en este punto del mapa de ruidos, como en los demás, “no se puede prescindir de la participación ciudadana”.