La ciudad recuperará tras dos décadas el Cuarto Real como museo y sala de exposiciones

Las obras empezarán dentro de seis meses y durarán un año. Se construirá un mirador sobre los restos arqueológicos.

Publicado en Ideal el 09/10/2008.

La ciudad recuperará el Cuarto Real de Santo Domingo después de 18 años cerrado y pasto del pillaje. En realidad, cuando se abra el monumento habrán transcurrido dos décadas desde que el Ayuntamiento se lo compró a su anterior propietario, Javier Dávila Ponce. Tiempo perdido en enredos sin que las administraciones se pusieran de acuerdo sobre qué hacer con el recinto y, sobre todo, con el polémico edificio del siglo XIX adosado a la valiosa qubba. Aún hoy algunos colectivos y asociaciones insisten en que lo mejor sería borrarlo de un plumazo. Algo que no va a suceder. «Somos conscientes de que habrá gente a la que le guste los arquitectos seleccionados y a otra no. Habrá críticas, pero no vamos a dar ni un paso atrás», advirtió ayer el delegado de Cultura, Pedro Benzal. «No podemos estar eternamente discutiendo qué es lo que hacemos con el Cuarto Real», machacó.
«Para echar abajo el edificio lo que se planteaba era inventar algo delante. Se adoptó una decisión. Esas voces que no están de acuerdo también tienen que respetar otras opiniones», zanjó la concejala de Urbanismo, Isabel Nieto.
La solución definitiva ha sido mantener el edifico del siglo XIX, del que se eliminará el alero pegado a la qubba y se rebajará la altura de la cornisa. Desaparecerán las dos plantas y se quedará como una instalación diáfana que se podrá utilizar como sala de exposiciones.
El Cuarto Real será un gran recinto al que se podrá acceder desde diferentes puertas. En este sentido se construirá la entrada oeste al parque con una escalera que salvará el desnivel con la calle.

Un gran jardín

«Se le devuelve a la sociedad un gran jardín privado burgués», explicó el arquitecto Francisco Javier Gallego Ruiz, ganador del proyecto de rehabilitación junto a Ramón Fernández-Alonso. A través del Cuarto Real se podrá «mostrar la historia de la ciudad».
Al entrar en el edificio se verá la fachada de la qubba, que según los responsables del proyecto no se entiende sin su entorno.
También quedarán visibles los restos arqueológicos de «enorme valor». Quedarán bajo un suelo transparente como si se paseara sobre un museo. Los restos se protegerán además con una especie de mirador -bautizado como Aixa-, desde el que se divisarán el jardín romántico, el parque y las huertas.
Los arquitectos tendrán ahora tres meses para redactar el proyecto definitivo. En un plazo aproximado de seis meses estará todo resuelto para que comiencen las obras, que tienen un plazo previsto de ejecución de once meses. El presupuesto es de 1,8 millones de euros, que el Ayuntamiento dividirá en dos años. El gobierno municipal ha solicitado apoyo económico a la Junta para afrontar la intervención y que resulte «menos gravoso». «Si no lo haremos en solitario», aseguro la concejala Nieto.

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