Publicado en Ideal el 06/05/2008.
El PSOE de Motril ha lamentado la «mala imagen» que la ciudad ha dado, «por culpa de la falta de previsión y pésima organización del gobierno tripartito en la tradicional fiesta de las Cruces». La concejala Trinidad Márquez criticó que Motril se ha convertido «en la capital del botellón a pesar de las normas coercitivas que fueron elaboradas por la concejalía de Fiestas».
Los socialistas han denunciado que el Ayuntamiento haya transformado las Cruces «en un macro botellón donde muchísima gente bebía en la calle sin ningún tipo de traba ni sanción».
La oposición argumenta que numerosos grupos de vecinos de la avenida de Salobreña, el barrio de la Palma o Huerta de San Francisco se han quejado de la suciedad y mal olor en las calles de la ciudad y la poca presencia de la Policía para regular el correcto desarrollo de la festividad.
La edil ha manifestado que el fracaso organizativo «no ha justificado la obligación promovida por el gobierno de Rojas» de poner solo sevillanas y obligar a contratar a un guardia de seguridad a los organizadores de las cruces», explicó.
«Generalmente son asociaciones sin ánimo de lucro en las que está arraigada la tradición con varias generaciones de participantes que ahora ven cómo se comercializa con la fiesta de la Cruz desde el Ayuntamiento y se ven obligados a tener que dejar a un lado la tradición para cubrir gastos», expresó la edil socialista.
Márquez recriminó al alcalde que «se haya preocupado más por lucirse ante los ciudadanos que por garantizar la limpieza de la ciudad y sus anejos con la instalación de zonas con servicios portátiles».
Además, según la concejala, el equipo de gobierno «debería haber velado porque se cumplieran los horarios de descanso de los vecinos con más vigilancia policial y no dar lugar a que Motril sea el referente del botellón en la provincia». Trinidad Márquez recordó que el PSOE «siempre ha apostado porque las Cruces fomentaran la participación ciudadana en los barrios y entre las asociaciones de vecinos, algo que no ha sucedido en esta edición, en la que ha primado el botellón y, por consiguiente, la suciedad en las calles y el malestar de los vecinos».