La solución prevé enterrar las vías que parten La Chana y soterrar el edificio de Andaluces. El tren se mete en un túnel a partir de Villarejo y habrá un vestíbulo compartido con el metro.
Publicado en Ideal el 17/01/2008.
El 30 de enero de 2006 los técnicos del Ayuntamiento, de la Junta y de Fomento se reunieron en Madrid para resolver el trabado futuro de la estación del AVE. El Ministerio se comprometió oficialmente a soterrar las vías que dividen La Chana, algo por lo que no pasaba en junio de 2005, cuando el gabinete de Magdalena Álvarez puso sobre la mesa su primera propuesta. Ese mismo mes de junio, el día 17, el secretario provincial del PSOE, Francisco Álvarez de la Chica, y el que iba a ser candidato socialista, Javier Torres Vela, se reunieron en el Ayuntamiento con el presidente del PP, Sebastián Pérez, y el alcalde, José Torres Hurtado. En el encuentro informal pactaron los dos puntos ineludibles que tendría que tener cualquier acuerdo sobre la llegada del AVE a Granada: enterrar las vías por La Chana y meter la estación bajo tierra.
Desde enero de 2006 hay una propuesta sobre la mesa: el mismo acuerdo financiero que en Málaga; desviar el Beiro; conectar la estación con una parada del metro; enterrarla cuatro metros y cubrirla para aprovechar el espacio que quede libre en la superficie.
Dos años -menos quince días- después, las tres administraciones cerraron ayer definitivamente un acuerdo que pivota sobre los mismos términos. No podía ser de otra manera.
¿Qué ha cambiado? Además de algún dirigente político, se ha cerrado el trazado del metro. Las dos infraestructuras estaban íntimamente ligadas, ya que compartirán una parada donde los pasajeros podrán bajarse del metro y subirse al AVE sin moverse de sitio.
En la famosa estación ‘intermodal’ estaba atascado el acuerdo. La intención del ex concejal García Royo era la de colocar la parada bajo el puente del Camino de Ronda, lo que obligaba a soterrar el tren antes y a mayor profundidad.
El contexto ha cambiado. Junta, Ayuntamiento y Fomento estaban citados ayer a las seis de la tarde en Madrid y las diferencias que se antojaban insalvables se liquidaron en menos de una hora. «No podía ir de otra manera. Una vez acordado el trazado del metro no había impedimento para que el proyecto de estación que teníamos en el cajón saliera adelante», explicó la concejala de Urbanismo, Isabel Nieto.
Una imagen rompedora
Se refiere al convenio de enero de 2006. Porque el acuerdo de ayer -que aún tiene que firmarse- viene a decir lo mismo: se entierran las vías en La Chana, el tren se mete en un túnel a la altura de Villarejo y entra en la estación bajo tierra. Donde ahora está el edificio de Andaluces habrá un vestíbulo compartido con el metro y el resto del solar quedará para equipamientos y espacios libres. Fomento tiene la intención de construir una estación rompedora y «emblemática» en Andalucía.
En principio, las vías se enterrarán por La Chana pero quedarán sin tapar, aunque el Ayuntamiento tendrá la posibilidad de trazar puentes y nuevos viales si se coloca encima una tapa de hormigón, comentó Isabel Nieto. Ayuntamiento y Fomento avanzaron también ayer en la financiación de un proyecto para el que se manejan cifras por encima de los 200 millones de euros.
«Sentimiento amargo»
«Me alegro de que se haya producido el acuerdo en un tema tan trascendental», expresó tras conocer la noticia el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Javier Torres Vela. El también presidente de la Comisión de Infraestructuras del Congreso manifestó sin embargo que se queda con un «sentimiento amargo» al comprobar que «estos temas se podían haber cerrado hace dos o tres años». «Cuando uno ve el contenido del acuerdo y observa el documento de diciembre de 2005 se da cuenta de que hay una enorme similitud», criticó con moderación. Torres Vela piensa que han sido «intereses partidistas» los que han impedido cerrar antes el convenio. «Granada no puede esperar. Torres Hurtado tiene poco (dinero) de donde tirar y necesita que otros le saquen las castañas del fuego», se refiere el portavoz socialista a la aceptación del mismo acuerdo que lleva sobre la mesa del Ayuntamiento dos años.