Generosas ayudas públicas no tienen aún el efecto llamada que quiere la Administración.
Publicado en Ideal el 18/03/2007.
El fomento del arrendamiento de vivienda en Granada pasa hoy día, en gran medida, por la actividad que desarrolla la Agencia Pública del Alquiler, que lleva funcionando dos años y que cuenta con 22 colaboradoras. La Junta de Andalucía ha apostado fuerte por este instrumento para conseguir que amplias capas de la población puedan acceder a un piso, a una casa digna, sin tener que desembolsar una elevada cantidad de dinero cada mes. Un objetivo ciertamente loable, pero al que le queda mucho camino por recorrer.Si se toma en consideración que en el conjunto de la provincia granadina están vacías casi 77.000 viviendas, susceptibles como queda dicho de ser alquiladas por sus propietarios, resulta realmente insignificante el número de viviendas que el pasado año fueron alquiladas mediante la Agencia y que se elevaron a un total de 251.
Desde la propia Consejería de Obras Públicas y Transportes, de la que depende la citada Agencia, se reconoce que este instrumento de intermediación entre quien busca vivienda en alquiler y el propietario que quiere arrendar la misma, es aún poco conocido en la provincia granadina. Más aún, el hecho de que la mayor parte de los alquileres se hayan hecho durante décadas sin ningún tipo de intermediario, directamente entre las partes, ha contribuido a generar una cultura que prescinde de cualquier tipo de asesoramiento, de ayudas o de iniciativas que favorezcan precisamente esa relación comercial.
Y ello pese a que las ayudas públicas son generosas: 6.000 euros al propietario de la vivienda; 40% del alquiler al inquilino, aplicable la cantidad resultante de 6,45 por metro cuadrado, y 600 a la agencia intermediadora.
Críticas Desde el PP granadino se descalifica la actuación de la Agencia y de todas las que trabajan para ella por el retraso con que actúa y la poca diligencia a la hora de conseguir un piso para su destinatario. También se reconoce que los cinco años que obligatoriamente ha de estar disponible una vivienda para su alquiler echa para atrás a muchos de sus propietarios, porque no saben si durante ese tiempo tendrán necesidad de venderla.
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