Publicado en Granada Hoy el 25/09/2007.
La “cicatriz” que proyectaría el teleférico a Sierra Nevada, promovido por un grupo de empresarios, en el paisaje del macizo granadino va a tener pocas opciones de generar un debate “doloroso” en la opinión pública. La Consejería de Medio Ambiente ha puesto serios inconvenientes para que el proyecto prospere. No ha sido una negativa rotunda, pero las posibilidades de que los promotores, el grupo Teleférico Sierra Nevada SA, cumplan los requisitos impuestos por la Junta para superar el informe del impacto ambiental son mínimas, por no decir imposibles. Baste decir que en sólo 30 días deberá demostrar las “razones imperiosas de interés público del proyecto” y presentar un itinerario alternativo dado que el actual afecta al ecosistema del Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada. Además, deberá acreditar, ya que por el momento Medio Ambiente considera el medio mecánico como transporte complementario, que logrará acabar con los coches que suben a la estación de esquí.
No fue, en cambio, la respuesta que todos esperaban ayer durante la constitución del nuevo órgano gestor del Parque Nacional, el Consejo de Participación del Espacio Natural de Sierra Nevada, donde la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, informó del estado de la tramitación del informe de impacto medioambiental. Todos barajaban un no, sin más contemplaciones.
Pero, sin duda, Coves sorprendió a propios y a extraños al anunciar que el proyecto ha llegado a altas esferas europeas. La Junta ha puesto en manos de organismos como la Unesco o la Unión Europea la decisión final sobre la construcción del que, según Ucop, será el mayor teleférico del mundo. Se trata, sin duda, de una decisión sin precedentes, que la consejera justificó al ser organismos que han concedido a Sierra Nevada determinadas figuras de protección. Concretamente, según apuntó, Reserva de la biosfera, Zona de Especial Protección para las Aves y de interés comunitario.
No son buenas noticias para los impulsores de la iniciativa, que consideraban el resultado de impacto de medioambiental como vital para el futuro del teleférico. Por si no fuera poco, además tendrán que enfrentarse a un nuevo examen ante la Consejería de Obras Públicas, que tendrán en el posicionamiento de Medio Ambiente un punto de vista que en todo momento será vinculante. Cada vez más el proyecto de conectar Granada con Sierra Nevada a través de 18,4 kilómetros de telecabinas pinta peor.
La empresa propone una concesión por 60 años con un plazo de amortización de la inversión de 35 años. Es decir, hasta 2040 no empezaría a obtener beneficios. El desembolso previsto ronda los 80 millones de euros, cantidad que será netamente privada y para la que ya cuentan con financiación, según han declarado los promotores.
El modelo propuesto pondrá en movimiento 100 cabinas que transportarías 30 personas cada una, a una velocidad de 8,5 metros por segundo. Lo que sí está claro es que los cálculos de su puesta en funcionamiento ha sufrido un serio revés. La intención del grupo inversor de ponerlo en marcha en el plazo de cuatro años parece prácticamente inviable. Todo dependía de la rapidez en la emisión de los informes, a los que ahora hay que sumar los europeos.
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