La Junta aprieta pero no ahoga el proyecto del gran teleférico a la estación de Sierra Nevada

Se remite a la opinión de organismos internacionales sobre el plan y exige a la empresa promotora que asegure que no habrá impacto ambiental y que el telecabina sustituirá a la mayoría de los coches.

Publicado en Ideal el 25/09/2007.

La Junta de Andalucía emuló ayer el comportamiento del mismísimo Dios: apretó pero no ahogó. La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, dio una larguísima cambiada al asunto del teleférico de Sierra Nevada, de tal modo que ahora nadie se atreve a decir cuándo habrá un pronunciamiento final sobre este controvertido proyecto. Cuando en Granada se esperaba ayer una resolución del caso -o al menos, una declaración política significativa-, los últimos movimientos de Medio Ambiente dejan el tema de nuevo ‘sine die’. La sociedad Teleférico de Sierra Nevada pretende construir un telecabina de grandes proporciones -sería el más largo del mundo-, que iría desde la capital granadina hasta la estación de esquí. El permiso de construcción de esta obra corresponde a la Consejería de Obras Públicas de la Junta, aunque previamente la Consejería de Medio Ambiente debe emitir su informe de impacto ambiental, que no sólo es preceptivo, sino que además es vinculante. Es decir, del rumbo que marque Medio Ambiente depende la dirección que tome este proyecto.
Así las cosas, y dado que Medio Ambiente lleva meses estudiando el plan de la sociedad Teleférico de Sierra Nevada, ayer se esperaba que la consejera Fuensanta Coves, en la visita que hizo a Granada, emitiera al fin un pronunciamiento, ya que hace tiempo acabó el periodo de información pública y se han estudiado las numerosas alegaciones presentadas. No fue así, sino que dio un nuevo viraje.
Y es que Medio Ambiente ha remitido el proyecto a varios organismos internacionales para que se pronuncien sobre él. O sea, deberán emitir su opinión instancias como la Unesco o la Comisión Europea, e incluso la Red de Parques Nacionales de España. El motivo aducido es el siguiente: además de ser parque natural y parque nacional, Sierra Nevada ha sido declarada también como Reserva de la Biosfera, zona de especial protección para las aves, lugar de interés comunitario y miembro de la red Natura 2000. En esa medida, la Junta quiere que cada uno de los organismos que en su día le dieron a Sierra Nevada estas figuras de protección dé su opinión sobre la idea de construir del gran teleférico proyectado.
Deficiencias
Por otro lado, Medio Ambiente ha encontrado tres «deficiencias importantes» en el proyecto presentado por la sociedad promotora. Primera: la Administración ambiental no descarta que la construcción del telecabina dañe al territorio y a los ecosistemas de Sierra Nevada. Por ello, pedirá a la empresa que presente otras alternativas «que no están contempladas en el estudio que obra en nuestro poder», dijo Coves. Según dijo, estas alternativas que deben presentarse tienen que ser económica y técnicamente viables.
Segunda: dado que no se descarta que el plan cause daños ambientales, la Junta exigirá a la empresa que demuestre que su proyecto responde a «razones imperiosas de interés público de primer orden, incluidas las razones de índole social y económica». Todo ello, basado en la directiva Hábitat de la Unión Europea, apostilló Coves.
Y tercera: según la consejera, la sociedad promotora presenta su plan como una vía alternativa al transporte privado, de forma que reduciría muy sensiblemente el tráfico de coches. Sin embargo, a juicio de Medio Ambiente, la propuesta de la promotora no es alternativa a los automóviles, sino meramente complementaria. Por tanto, la Junta pedirá a la empresa que garantice que, en efecto, el teleférico sí será una alternativa a los vehículos privados.
La Junta va a remitir en breve un escrito al promotor para que en un plazo de treinta días subsane las tres deficiencias citadas. «En las condiciones actuales, la consejería no tiene garantizado que la declaración de impacto ambiental tenga un buen fundamento técnico y jurídico para su emisión», dijo la consejera.
En resumen: la Consejería de Medio Ambiente devolverá estos días el proyecto a su promotor para que subsane las deficiencias. Según Fuensanta Coves, su departamento realiza un trabajo «serio y riguroso» en este asunto. Pedir la opinión de organismos internacionales, dijo, no es excepcional. Coves, por otro lado, presidió la constitución del Consejo de Participación de Sierra Nevada, el nuevo órgano encargado de asesorar sobre todos los asuntos relacionados con la vida del parque. Su presidente es José María Quintana.

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