Publicado en Granada Hoy el 17/12/2007.
El informe ambiental que entierra casi todas las opciones de que el teleférico de Granada a Sierra Nevada pueda ejecutarse, lejos de acabar con el debate sobre la protección natural y el desarrollo económico, ha propiciado un cascada de reacciones que promete durar hasta las elecciones de marzo. El director del Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada pide a defensores y detractores del teleférico “respeto” en sus pronunciamientos e “información” para sostenerlos.-”Un crimen para Granada”, “un mazazo para la economía”, “seguiremos en el vagón de cola”… han sido algunas de las primeras reacciones al rechazo de Medio Ambiente al teleférico…
- Cada cual es muy libre de opinar, pero creo que lo importante es que se tenga respeto por un parque natural y nacional como es Sierra Nevada, por una reserva de la biosfera, por una zona de especial protección para las aves y por un lugar de interés comunitario dentro de la Red Natura 2000. Y que cuando se opine, se haga con el mayor conocimiento posible. Ese mayor conocimiento tiene que incluir un respeto al ámbito jurídico y a lo que los ciudadanos que, a través de los representantes de la voluntad popular, han decidido para Sierra Nevada.
-Los protagonistas de estas opiniones dudan de que sólo haya habido criterios técnicos en la elaboración del informe.
- Me parece que es un desprecio hacia las muchísimas personas, técnicos de muy diversa formación, funcionarios que, cumpliendo con su obligación, han hecho un trabajo excelente, riguroso, muy detallado, con esfuerzo, compromiso y responsabilidad. Puedo garantizar que desde el espacio natural Sierra Nevada ha habido mucho interés en hacer objetivamente un análisis del proyecto y se ha entrado exclusivamente en cuestiones ambientales, técnicas y jurídicas.
-¿No ha habido entonces consignas políticas ni injerencias del poder político?
- De ningún tipo. No lo hubiéramos admitido. Nosotros ponemos sobre la mesa el informe y luego los responsables políticos son libres de interpretar, decidir y aplicar la legislación. No ha habido ningún tipo de consignas.
-¿Tiene la sensación, por las adhesiones políticas que ha generado el teleférico, que de producirse un cambio de gobierno en la Junta de Andalucía el proyecto tendría mucha más posibilidad de salir adelante?
-No. Aprobar este proyecto sería ilegal, es ilegal, sin entrar en más consideraciones subjetivas. No se puede abordar esta iniciativa sin renunciar a las normas que protegen a Sierra Nevada como parque natural y nacional. Si eso es lo que quiere la sociedad, tendría que producirse en el ámbito parlamentario un cambio legislativo y entonces podría tener encaje. Sin renunciar a lo que ha supuesto esta trayectoria de décadas de protección, reconocimiento nacional e internacional… no se puede abordar el proyecto.
-¿Existe alguna modificación posible para que este proyecto tenga encaje legal?
-El concepto general nace sin una posibilidad real de que pueda ajustarse a la normativa comunitaria, a la normativa de la red de parques nacionales y al régimen de uso de suelo que establece la normativa de zonificación del parque.
-¿No hay recorrido para adaptarse a ello?
- No.
-Entre los defensores del teleférico se suele recurrir a comparar el proyecto de Sierra Nevada con medios de transporte similares en estaciones de los Alpes…
-No me gustaría entrar en ese tema, porque ahí las consideraciones subjetivas se disparan. Estamos en un momento de evaluación de impacto ambiental en el que lo subjetivo se ha dejado al margen. Pero como concepción, el proyecto tiene muchísimas diferencias respecto a otros muchos teleféricos que puedan existir en el mundo, incluidos los de Los Alpes.
- ¿Y un sistema con raíles, un tren funicular por otro lado, quizá paralelo a la actual carretera?
-Es difícil referirse a cosas de esa envergadura sin un mayor conocimiento, pero la normativa de protección es muy clara y prefiero no pronunciarme. Estamos hablando de una zona, la cuenca alta del río Monachil, donde se sitúa la estación de esquí, que es un espacio reducido, muy frágil desde el punto de vista ambiental, con unos equilibrios muy delicados y donde cualquier proyecto puede tener un efecto apreciable que hay que valorar con mucha rigurosidad. Un proyecto de esta envergadura tiene efectos muy apreciables. El uso de los recursos como el agua y el suelo están en el límite de lo posible. No se trata sólo de analizar si un proyecto va con torretas o raíles, sino cómo altera el régimen de interacción hombre-naturaleza, incluyendo elementos como capacidad de acogida, necesidad de nuevas infraestructuras que conllevaría…
- En estos días, ¿el ruido de fondo que han captado es de apoyo o rechazo al teleférico?
- Ha habido una campaña publicitaria importante por parte de la empresa, pero nosotros nos hemos limitado a hacer nuestro trabajo.
- Se han planteado en los últimos año desde la ampliación del área de nieve al Cerro del Caballo hasta dos teleféricos, el actual y otro que proyectó ACS desde Monachil-Purche-Pradollano, y todo ha sido rechazado. ¿La protección de la Sierra está ganando la batalla a su desarrollo turístico y económico?
-Diría más, la protección es una fórmula de desarrollo y que además los últimos estudios de Eseca demuestran cómo un espacio natural protegido puede convertirse no sólo en un activo para la conservación de la biodiversidad, sino además en activo de desarrollo local muy importante. Lo más inteligente es diversificar actividades en el territorio y no concentrar en una zona un esfuerzo ímprobo que puede tener consecuencias no deseables.
-¿El estudio ha tenido en cuenta la situación actual de la estación de esquí?
- No nos hemos analizado el futuro de la estación, hay otros proyectos que se refieren a eso. Lo que sí está claro, y lo dicen las estrategias de la propia estación de esquí, es que su futuro no pasa por incrementar el número de visitantes sino por aumentar los parámetros de satisfacción y calidad, una mejor distribución de esquiadores y no esquiadores, y no incrementar más porque se está en un nivel de saturación importante.
-¿Cetursa ha elaborado ya un plan de futuro?
-Después de la última evolución de impacto ambiental se concluyó que sería necesario un plan de actuación global de futuro y acaba de presentar un plan estratégico 2007/2017 en el que se está trabajando ya. Incluye temas muy importantes, por ejemplo el agua.
“Los estudios económicos de los promotores no son nada creíbles”
Se habla de que el teleférico sólo reduciría un 6 por ciento el uso del coche para subir a la Sierra, parece un cálculo muy a la baja.
- Esa cifra no sale de conjeturas de Obras Públicas, parte del propio proyecto. Los datos son muy contundentes. En el mejor de los escenarios, temporada alta de esquí, hora punta, hablamos de 6,1 por ciento, 57 vehículos a la hora frente a los 921 de la intensidad media de tráfico. Es una cantidad bastante pequeña. En el proyecto hay muchas cosas en ese sentido que dan qué pensar. Se habla de una velocidad máxima de 3,5 metros/segundo de las cabinas, de una capacidad de transporte de 3.600 personas/hora. Si eso lo multiplicas por el periodo de funcionamiento del teleférico, que serían 11 meses al año, da como resultado 14 millones de personas al año… y los promotores hablan de 250.000 al año. No sé si con esos datos se puede hablar de rentabilidad y eficiencia para una infraestructura que funcione al 2 por ciento de sus posibilidades.
-Los detractores del teleférico ponen en duda su capacidad de amortización. ¿Existen estudios económicos que pongan en cuestión los datos de los promotores?
-Sí, aunque no es objeto directo de la evolución de impacto. Lo que aparece ahí no sólo no es nada creíble, sino que, teniendo en cuenta la vida útil de la instalación, la cuenta de resultados es netamente negativa.
-¿Se ha insinuado o afirmado por la plataforma SOS Teleférico que todo esto ocultaba algo que no aparecía en los informes?
- No hemos entrado en ese tema. El estudio económico era bastante incomprensible. No parece lógico que en estos tiempos podamos entrar en cuenta de resultados negativos durante más de 30 años con infraestructuras que se quedan obsoletas en poco tiempo y que necesitan una cantidad importante de inversión para renovaciones y reposiciones. Nos ha llamado la atención, pero no lo hemos valorado.
-¿Y si se cerrara la carretera para hacer un teleférico?
-En la documentación que entregan los promotores, cuando se habla del coste ambiental, parece como si en este momento se estuviera decidiendo que se va construir una estación de esquí en Sierra Nevada y ver qué tipo de acceso se va a colocar. No estamos en esa tesitura. La carretera existe y no se puede cerrar; en su recorrido tiene infraestructura, casas, negocios… Cumple su misión y no puede sustituirse, ni siquiera en un porcentaje importante por parte del teleférico.
-¿Cuesta trabajo transmitir a amplios sectores de la población que ese nivel de protección, que frustra proyectos como éste, cree riqueza?
-Hay que intentar jugar con una perspectiva más amplia, no sólo en los plazos. Hay que contar con la madurez de la sociedad en la comprensión de que la naturaleza es algo que necesitamos para nuestra calidad de vida y cuesta trabajo pensar que no se tengan en cuenta aspectos éticos y culturales. A nadie se le ocurre que por crear mayor riqueza en la Alhambra podemos poner un tienda souvenir en los palacios nazaríes. Pues Sierra Nevada es monumento natural y la gente lo aprecia cada vez más, a usarlo con responsabilidad, porque se puede usar, pero desde luego no todo vale.