Publicado en El Periódico el 16/11/2007.
El 65% de los jóvenes de entre 14 y 18 años consideran que el consumo de alcohol es algo “normal”.
El número de adolescentes españoles que hacen botellón semanalmente se ha duplicado en los últimos 6 años, según un estudio presentado hoy por el director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, Eusebio Megías Quirós.
“No aumenta el número de adolescentes que hacen botellón, sino la frecuencia con la que se reúnen para beber”, ha concretado el experto. Asimismo, ha manifestado que esta actividad la practican la mitad de los adolescentes españoles.
Según este análisis, el 65% de adolescentes de entre 14 y 18 años considera que el consumo de alcohol es una práctica “normal”. Megías ha explicado que “la inmensa mayoría de chicos y chicas han incorporado el alcohol a sus ritos de ocio”, en un contexto social que “rechaza el alcoholismo formalmente, pero que acepta la embriaguez jovial”.
Pocas políticas de salud
Las medidas que las instituciones han tomado para la prohibición o control del botellón se han encaminado más hacia cuestiones de orden público que a la salud de los ciudadanos, según este trabajo. “Para algunos, si los adolescentes se trasladaran a las afueras del núcleo urbano, ya dejarían de ser un problema” ha dicho Mejías.
En cuanto a los motivos que se esgrimen para practicar el botellón, el ahorro de dinero o la mayor calidad del producto están por debajo de otras motivaciones. “La apropiación [por los jóvenes] de un espacio grupal, el establecimiento de sus propias normas y una forma de relación que determina una provocación en los adultos, de los que quieren diferenciarse” son los principales argumentos para los adolescentes, ha explicado Megías.
El papel de los padres
Aunque los padres son conscientes de la existencia del consumo de alcohol como un problema real, “evitan tratarlo directamente con sus hijos por considerarlo precipitado antes de que se produzca, e inútil cuando ya se ha presentado”, revela el estudio.
“Los progenitores asumen como inevitable que sus propios hijos beban alcohol y llegan a justificar esta actitud como parte de un proceso de maduración que podrían entenderse como positivo”, ha afirmado Megías. Los autores del análiss apuntan que los padres deben fomentar acciones destinadas a fortalecer y apoyar el proceso de maduración de los adolescentes a través de valores como la autorresponsabilidad y el espíritu crítico.