El tranvía ya estaría acabado si Junta y Ayuntamiento no hubiesen enredado tanto para terminar firmando una propuesta que ya se planteó en 2002.
Publicado en Ideal el 02/12/2007.
EL jueves el alcalde, José Torres Hurtado, y la delegada del Gobierno, Teresa Jiménez, anunciaron el acuerdo definitivo del metro. La novedad es que la línea se desviará por la avenida de Andalucía, pasará por la estación de tren y bordeará el campus de Fuentenueva para regresar al Camino de Ronda en busca del Campus de la Salud. Lo que sigue ahora sucedió hace una década. En noviembre de 1998 los entonces delegados de la Junta y de Obras Públicas, Jesús Quero y Pedro Julián Lara, presentaron un modelo de transporte parecido al de Nantes. La primera línea de tranvía partiría desde Albolote, continuaría por los polígonos Juncaril y Asegra, pasaría por las estaciones de trenes y autobuses y acabaría en el Campus de la Salud. Busquen las diferencias con la que se ha aprobado.
El anteproyecto
En noviembre de 2002 la Junta presentó el anteproyecto del metro de Granada. Había cuatro alternativas diferentes y una de ellas es un calco a la que se selló la semana pasada. En ese documento de hace cinco años también se planteaba soterrar el metro por el Camino de Ronda. Todas las posibilidades estaban sobre la mesa, sólo había que escoger.
En mayo de 2003 el metro se quedó cerrado, aunque es cierto que la alternativa que escogió el tripartito no fue exactamente la que se ha firmado ahora. Nada más llegar a la plaza del Carmen el PP presentó alegaciones al proyecto que estaba apalabrado. Fruto de ese empeño se consiguió que la línea sea subterránea por La Redonda, como quedó resuelto en enero de 2005.
Desde ahí, y han pasado casi tres años, todos los encontronazos han venido por la estación ‘intermodal’, una parada mixta que sirva para el metro y el AVE. La propuesta del ex concejal de Urbanismo, Luis Gerardo García-Royo, era soterrar el tren siete metros bajo el puente del Camino de Ronda y colocar a nivel intermedio una parada del metro. De ahí surgió el tormentoso debate del desvío del Beiro.
Han tenido que ser los técnicos los que impongan cordura. Ellos solos, sin ningún político de por medio, cerraron el jueves en Sevilla un acuerdo basado en las alternativas que planteaba el anteproyecto de 2002. Entre otras cosas, porque el representante del Ayuntamiento ha sido el mismo que negoció entonces. Cinco años sin moverse un metro. La consecuencia es clara: las obras de los distintos tramos durarán en torno a los dos años, según los proyectos oficiales. Echen cuentas. De haber empezado en 2003, el tranvía ya estaría funcionando.