Publicado en La Opinión el 30/09/2007.
Urbanismo da el visto bueno al sistema de contratación de la obra, que comenzará en marzo del próximo año.La polémica por no haber partida estatal para el Centro Lorca no ha sido tal. Los 18 millones del proyecto vienen de fondos europeos y de la Junta que tendrá una partida en sus próximos Presupuestos.
Las alarmas saltaron cuando se conocieron los Presupuestos Generales del Estado para 2008: el Centro Lorca se quedaba sin un solo euro del Ministerio de Cultura para su ejecución. ¿Cómo se quedaba sin una partida específica uno de los proyectos culturales que están llamados a definir la Granada de la primera mitad del siglo XXI?
“Ha sido una polémica falsa”, clarifica Pedro Benzal, delegado de la Consejería de Cultura en Granada, “que algunos han agitado de forma malintencionada porque siempre se ha sabido que el 75% del proyecto va con cargo a los antiguos Fondos Feder (de la Unión Europea) y el 25% lo pone la Junta de Andalucía”.
Los presupuestos andaluces, que se conocerán de forma inminente, tendrán una partida específica para el Centro Lorca que cubrirán aproximadamente la mitad de este 25%. La otra parte irán en los presupuestos de la Comunidad para 2009. Se trata de una partida aproximada de 5,5 millones de euros a repartir entre los presupuestos andaluces de este y el próximo año.
La valoración total del proyecto del futuro Centro Lorca está en torno a los 18 millones de euros, de los cuales una parte ya están siendo destinados al movimiento de tierras por parte de la empresa Ferrovial.
El Ayuntamiento cede el solar ubicado en la plaza de la Romanilla en el que ya se está trabajando en la excavación de tierras. En la placa informativa que preside las obras, figura un intervalo de tiempo que va entre el año 2006 y febrero de 2008. Los trabajos, sin embargo, empezaron hace pocos meses. Esto es posible, en el terreno presupuestario, gracias a una prórroga de la partida de fondos europeos consignada para el gran proyecto Lorca.
El inicio de la ejecución de las obras está previsto para marzo de 2008 y su finalización a comienzos de 2009, que vendría a coincidir con la remodelación de la Plaza de la Romanilla anunciada por el Ayuntamiento. “Son 10,440 millones a cargo de fondos europeos que es el presupuesto inicial para la obra del Centro”, señaló Juan García Montero, concejal de cultura. La Gerencia de Urbanismo ha dado el visto bueno al sistema de contratación de la empresa que ejecutará la obra a partir de marzo. “Los fondos fueron concedidos en los últimos meses del Gobierno de Aznar pero desde el principio el proyecto estuvo presidido por el desacuerdo. El gobierno socialista apostó fuertemente por el Centro Lorca y mantuvo esa partida para este y no otro proyecto cultural en la capital”, mantiene Pedro Benzal.
Los conflictos alrededor del Centro Lorca se alargaron durante prácticamente todo el anterior mandato municipal. El proyecto que se autorizó supuso una modificación por parte del Ayuntamiento del Plan Centro. Se hizo y luego se procedió a la aceptación por la Comisión de Patrimonio.
Además de los desacuerdos entre administraciones, los herederos y la propia Fundación, que se solventaron con la puesta en marcha del Consorcio, el solar venía con un problema que fue difícil de solucionar desde el primer momento: la churrería de los bajos. Por ella pidieron 300.000 euros sus propietarios, lo cual fue imposible de pagar porque de los fondos europeos sólo se podrían haber invertido en este asunto hasta 150.000 euros, el precio de la tasación.
La situación estaba bloqueada e incluso algunos empezaban a ver peligrar el proyecto: los fondos tenían que gastarse en el tiempo de prórroga que llega hasta finales del año 2008.
A comienzos del verano, poco después de firmarse el convenio, Pedro Benzal hace pública la idea de un plan B sin la churrería. La publicidad de esta idea, que dejaría al Centro Lorca sin el espacio del local, tuvo una consecuencia inmediata. En pocos días, los dueños del local quitaban el cartel de se vende/se alquila que tenían colgado en el inmueble por duplicado: uno, en el pequeño apartamiento, con el sello de una inmobiliaria y, otro, en la propia churrería, hecho a mano, con un móvil. Este plan B no es más que una treta pues “nunca se contempló que la churrería fuera imprescindible para llevar adelante el proyecto”, según Montero. El concejal no descarta que a través de la empresa gestora, Argos, se haya hecho algún movimiento para que los dueños de la churrería desistan para siempre de su intento de sacar tajada.