Publicado en Granada Hoy el 30/09/2007.
El inicio del curso escolar en la capital no sólo ha supuesto la apertura de los centros educativos; en el botellódromo próximo a la Huerta del Rasillo también se ha inaugurado el curso. Ayer fue el primer fin de semana después de la apertura del curso universitario y la afluencia de jóvenes en la ciudad volvió a notarse en las calles. Entre cuatro y cinco mil personas, según estimaciones de la Policía Local, se congregaron una vez más en el recinto habilitado para el botellón.
La convocatoria no pilló por sorpresa a la Policía Local, que ya había activado su dispositivo especial para vigilar las masivas concentraciones de jóvenes en el entorno de Hipercor. Desde este fin de semana un contingente formado por más de 20 agentes adicionales al servicio ordinario se encargará de que los jóvenes beban en la instalación que el Ayuntamiento habilitó el año pasado a tal efecto ante la entrada en vigor de la nueva Ley Antibotellón que impide beber en la calle.
El dispositivo especial oscilará entre los 20 y los 30 agentes a lo largo del año, según las previsiones de afluencia al botellódromo por la proximidad de alguna fiesta señalada. Hasta ahora estos agentes han estado prestando su servicio en turnos habituales de noche pero ha sido con el inicio del curso cuando han pasado a formar parte del plan especial antibotellón.
El jefe de la Policía Local, Antonio Bezares, reconoció ayer que la situación se recrudece en la capital cuando empieza el curso, ya que los estudiantes todavía no tienen exámenes ni apuntes para estudiar y sí disponen de dinero. “Todas estas circunstancias unidas al buen tiempo que estamos teniendo a estas alturas del año hace que a los jóvenes les apetezca más estar en la calle”, apuntó el jefe de la Policía Local.
Pese al volumen de estas concentraciones Bezares asegura que el 99 por ciento de los asistentes asume con civismo la entrada en vigor de la nueva Ley Antibotellón y consume alcohol dentro del recinto, lo que ha dejado casi en el capítulo de las anécdotas las sanciones impuestas por los agentes. Esto ha hecho que, de momento, sólo se haya sancionado a un par de personas por incumplimiento de la norma.
“Los jóvenes van donde hay más afluencia así que si la mayoría está en el botellódromo todos acuden al recinto”, apunta el jefe de la Policía Local, quien añade que la reacción de los jóvenes que beben en la calle cuando ven aparecer a los agentes “es echar a correr”.
El dispositivo especial de la Policía Local empezará a funcionar cada fin de semana a partir de las diez de la noche y estará operativo hasta las cinco o las seis de la mañana, según las incidencias y la afluencia de personas que se registre cada noche.
“Granada es una ciudad con unas características únicas en la que conviven más de 100.000 estudiantes. Sólo 60.000 de ellos proceden de la Universidad y el resto de los cursos de Secundaria y Bachillerato. Las concentraciones llegan a ser tan masivas que el tema del botellón se ha convertido en nuestra ciudad en un tema institucional”, manifiesta el jefe de la Policía Local.
Para Antonio Bezares es fundamental controlar estas aglomeraciones, que empezarán a ser habituales en la capital durante los fines de semana del curso escolar, “porque si no la ciudad corre el riesgo de que este problema se le vaya de las manos”.