Las luchas políticas y la burocracia frenan la proyección cultural de Granada

El gran espacio escénico, el Centro Lorca, el uso público del Banco de España y la reapertura del Museo de Bellas Artes llevan años sin salir adelante.

Publicado en Ideal el 13/02/2007.

Juan Luis Tapia

Los grandes proyectos culturales en Granada no acaban de despegar. Algunos de ellos pertenecen a las promesas históricas con una antigüedad de quince años, como el repetidamente anunciado gran espacio escénico. Si a la construcción de la autovía Bailén-Motril se la denomina la ‘utopía a la costa’, en la cuestión cultural habría que referirse a una larga lista de iniciativas ‘interruptus’ y de ambiciosos proyectos que se alargan en el tiempo y que no acaban de convertirse en realidad. Las razones se encuentran en los males de luchas políticas, en la desidia, y en algunos casos en las complicaciones derivadas de la burocracia. Lo cierto es que varios de los llamados ‘puntales’ culturales de una ciudad que presume de esa condición siguen aletargados o desaparecidos. Así llevan muchos años y Granada no se puede permitir el lujo de perder más tiempo en este terreno.

Espacio escénico

Fue la Junta de Andalucía y posteriormente los programas electorales del PSOE quienes incluyeron de manera sucesiva el proyecto de construcción de un gran espacio escénico, que ahora, en las más recientes declaraciones del delegado de la Consejería de Cultura, se llamaría Teatro de la Ópera de Granada.
Más de quince años lleva en la escena política el tarareado proyecto del macro espacio, pero ahora está más próximo a convertirse en realidad. Sin embargo, las diferencias políticas entre la Junta de Andalucía (PSOE) y el Ayuntamiento de Granada (PP) mantienen vírgenes los terrenos en los que se prevé su construcción. Los responsables del Gobierno andaluz afirman que no hay suficiente espacio para ese gran centro.
Mientras las diferencias continúan, Granada permanece sin esa necesaria infraestructura cultural llamada a traer buenas representaciones de ópera y espectáculos que requieren para su rentabilidad de un gran patio de butacas. El centro, y esto es pura teoría, se regirá por un consorcio institucional, que requerirá una importante dotación económica para su funcionamiento. Uno de los peligros de estos espacios dedicados a los espectáculos es que, tras su construcción, se vean convertidos en auténticos cascarones vacíos de contenido y programación ante la falta de presupuesto.
Afortunadamente está próxima a cumplirse la promesa de construcción tras un acuerdo institucional, pero la cosa va para muy largo, porque se tendrá que sacar a concurso el proyecto arquitectónico, licitar las obras, acondicionar el espacio. El plazo lo dio el mes pasado el viceconsejero de Cultura: ¿de seis a nueve años!. Casi nada. Una vez más estaremos a años vista de contemplar una gran representación operística en Granada.

Paradójico teatro

Todo es posible en Granada, hasta que un teatro municipal (PP) albergue la programación escénica de la Consejería de Cultura (PSOE).
Es lo que ocurre con el Teatro José Tamayo en el barrio de La Chana, que el Ayuntamiento, tras el cierre de la sala Alhambra dependiente de la Junta por parte del consistorio, lo cede para que el Centro Andaluz de Teatro represente sus producciones. Un caso políticamente paradójico, pero que concluirá, según anunciaron recientemente, con la reapertura de un remodelado Teatro Alhambra para la próxima temporada. Lo que pasará a partir de entonces con la programación del Tamayo -un teatro mayor, aunque peor situado que el Alhambra- es una incógnita que nadie ha resuelto todavía.

Banco de fiscales

La frase hecha de ‘La casa sin barrer’ resume lo ocurrido tras la polémica sobre el uso del Banco de España. Fue el Consistorio presidido por el socialista José Moratalla quien solicitó el edificio para su uso cultural, pero hete aquí que una vez se encuentra el PSOE en la oposición echa marcha atrás. Los munícipes del PP llegaron a recoger firmas para ver convertido el céntrico edificio, en plena Gran Vía, en un espacio cultural, pero el Gobierno presidido por Manuel Chaves se les adelantó.
La Junta permutó la propiedad, nada más y nada menos, de la conocida Casa de las Conchas de Salamanca por la sede granadina del banco estatal y ha decidido que será utilizada para acoger la Escuela Andaluza de Fiscales. Pasa el tiempo y el Banco de España está cerrado, vacío y abandonado. Nadie lo disfruta. Ni los ciudadanos ni los fiscales o los aspirantes a serlo.
El concejal delegado de Cultura, Juan García Montero, reclamó sin éxito la sede para una gran exposición sobre Cristóbal Colón y Granada.
El entonces delegado de Cultura, José Antonio Pérez-Tapias, argumentó que la solicitud para usar el Banco de España había que formalizarla en la Consejería de Hacienda, y que ya estaba decidida la ubicación de la Escuela de Fiscales. La muestra de Colón se montó en el Museo de Bellas Artes de la Alhambra -donde pasó sin pena ni gloria- mientras el Banco de España continúa sin el horizonte despejado.
Algunas voces socialistas de Granada, siempre ‘off the record’, califican de disparate el hecho de que un edificio como ese no se destine a uso cultural, y más aún cuando una Escuela de Fiscales podría estar en cualquier otro espacio municipal o de la Junta sin el pedigrí y el magnífico emplazamiento del Banco de España.

Bellas artes, ‘Bellas tarde’

Seis años casi hace del cierre del Museo de Bellas Artes de Granada en el Palacio de Carlos V, el ya bautizado ‘Bellas Tarde’.
Por aquel entonces, allá por el 2001, era directora general de los museos andaluces la actual responsable de la Alhambra, la socialista María del Mar Villafranca, quien decidió trasladar la muestra conmemorativa de Alonso Cano del museo alhambreño al Hospital Real.
El centro museístico debía acondicionar sus salas y acometer una serie de mejoras. Se introdujo la climatización y se llevaron a cabo las reformas que obligaron a cerrar el museo. De esto hace ya más de un lustro, tiempo suficiente para que los fondos del Bellas Artes granadino recorran gran parte de Andalucía y España en forma de exposición itinerante.
El museo está remodelado y reabrió sus salas a través de la muestra sobre ‘Colón y Granada’, pero aún no se ha realizado el estudio museístico, o sea, cómo se dispondrán las colecciones y piezas que posee. Hasta que no esté acabada esta investigación no se podrá contemplar el Museo de Bellas Artes de Granada, que tenía que haber sido inaugurado hace más de dos años.
La última declaración del actual director general de museos, el granadino Pablo Suárez, situaba la apertura «como muy tarde» dentro de nueve meses, en noviembre. A ver si para entonces la criatura ya ha nacido. En cualquier caso, el famoso estudio museístico podría haberse realizado a lo largo de los últimos seis años. A esta lentitud en la gestión le acompaña el eterno debate sobre el tipo de museo de la ciudad que se debe crear.

Centro Lorca y churros

Quién iba a imaginar algo tan cutrecañí como que el centro dedicado a García Lorca dependiera de la expropiación de una churrería. Lo cierto es que tendría que haberse acabado, según señalaron sus promotores, en 2007, y aún está en los rieles, como suele decirse.
Hay que remontarse a la gran presentación de la firma de un primer convenio para la creación del espacio lorquiano, que tuvo lugar en la Huerta de San Vicente, de aquello hace ya tres años, en 2004. Luego, otro convenio institucional y ahora se encuentran a la espera los patronos para culminar el que será el estatuto definitivo, que regirá los designios del espacio lorquiano.
La Fundación García Lorca -los herederos del poeta- posee ahora el mando de lo que se refiere al centro hasta que no se firme el que puede ser último acuerdo. Todos quieren estar en la foto, en el corte de la cinta, pero una churrería se cruzó en el camino. Aznar consiguió los fondos europeos, y a la Junta se la ha criticado por demorar el proyecto con la advertencia, por parte de los munícipes del PP, de que se pierdan los fondos FEDER. El convenio definitivo, según el delegado de Cultura, Pedro Benzal, está a punto de firmarse, pero la ‘pega’ europea al precio de la expropiación de la ya ‘emblemática’ churrería puede retrasar nuevamente el centro. Habrá que esperar al menos un par de años más.

OCG descamisada

La Orquesta Ciudad de Granada, la joya cultural de la ciudad según todos los miembros de su consorcio, que presiden Ayuntamiento y Junta de Andalucía, lleva arrastrando problemas económicos y de modelo musical desde su gestación.
Tras unos primeros años en los que Juan de Udaeta, quien fuera su director, se convirtió en el ‘music-man’ de Granada al asumir también la dirección del Festival, y tras no pocos problemas de gestión y de financiación -incluida protesta ‘descamisada’ de los músicos-, consiguió ser afinada con la llegada de Josep Pons y Oriol Ponsa.
Ahora, los músicos no sintonizan ni con su director, Jean-Jacques Kantorow, ni con el gerente, Carlos Magán. Los maestros de la OCG persiguen la negociación de un convenio colectivo y sobre todo tener una mayor armonía con los responsables musicales. Con todo parece que trabajadores y empresa han acercado posiciones en la última semana y los músicos han logrado volver a tener voz en la comisión que discute la programación musical. La OCG quedó a punto con Pons, a quien los músicos echan de menos dada su implicación y carácter conciliador, pero ahora se quejan de que no son escuchados por los responsables de la formación orquestal.
No obstante, todos estos problemas no han mermado la calidad de la OCG, aunque sí su imagen, entre otras razones porque para expresar su malestar la mayoría salió vestida de calle en el último concierto dirigido por Kantorow. Con unos maestros descontentos difícilmente se puede conseguir una mayor implicación y mejor evolución artística.

Premio Lorca, a menos

El Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, y ahí no es nada, llega a su tercera edición con la ausencia del galardonado, la poeta peruana Blanca Varela.
Los ‘populares’ del Ayuntamiento de Granada pusieron en marcha un galardón literario con el nombre de Lorca, un proyecto que llevaron en su programa durante años, paradójicamente, los socialistas granadinos. Al fin se hizo realidad tan ansiado certamen, que distingue con 50.000 euros al galardonado, uno de los de mayor dotación de la poesía en español. La primera edición, presentada en el Waldorf Astoria de Nueva York, galardonó al asturiano Ángel González. La ceremonia de entrega, con la asistencia de los Príncipes de Asturias, fue un golpe mediático importante.
En la segunda edición, el premio ‘viajó’ a México con la distinción a José Emilio Pacheco.
Al saltar el ‘charco’, los medios hispanoamericanos se hicieron eco de la distinción. Sin embargo, el Premio García Lorca no ha tenido la repercusión mediática esperada ni la promoción que se deseaba de la ciudad. La ausencia de Blanca Varela, justificada por su enfermedad, a la ceremonia, ha deslucido y mermado esas esperanzas promocionales. Finalmente, el beneficiado va a ser el Festival de Poesía de Granada, un encuentro que nació de los jóvenes poetas granadinos, y que estará dedicado a la autora peruana, con la asistencia de un destacado grupo de importantes poetas. Con todo, no hay que desesperar, porque los galardones literarios son apuestas a largo plazo.

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