Antonio Ruiz.
Sr. Director de Ideal: Recientemente vengo escuchando en los diferentes medios varias noticias referentes a la iniciación de las obras del “Metro de Granada”. Quisiera pues dar las gracias a quienes con su inapelable gestión han hecho posible incorporar de nuevo el tranvía en Granada, estrechando aún más si cabe la vía por la que trascurre, mejorando seguramente la red con la que se contó hasta los años 70 del siglo pasado, donde con gran esfuerzo y dedicación se consiguió erradicar hasta el último resto de infraestructuras, mención especial hecha al tranvía de la sierra que sin duda goza de su actual estatus de pieza de museo abandonada en alguna plaza pública. Y es que en el fondo los granadinos somos unos privilegiados, pues nadie puede presumir de disfrutar tanto como nosotros sorteando conos, ni en la montaña rusa que nos lleva Jaén, por no hablar de el tráfico que padecemos desde que tenemos la “circunvalación”. Ciertamente no podemos quejarnos: acceder desde los pueblos colindantes a la capital mediante amplias avenidas como la que discurre junto al río Genil desde Armilla, o la que nos une con La Zubia son sin duda ejemplos de eficacia urbanística…
Próximamente debo viajar a Barcelona, y es curioso, porque si bien al planear el viaje opté sin duda por ir en avión, para la vuelta valoré la posibilidad de utilizar el tren. Cual fue mi sorpresa al comprobar que RENFE sólo me daba la opción “ruta viajero con todo el tiempo del mundo”, que no es la que iba buscando, pues desde Barcelona a Albacete coincidía con la ruta que deseaba, pero al tomar dirección Madrid al estar en la ciudad manchega, me hizo decantar por el avión. Qué razón llevaba el que fuera ministro de fomento, Don Francisco Álvarez Cascos, al asegurar que Granada, por no tener demanda de tren no se merece el AVE. A ministros como este habría que dedicarles como mínimo una calle en nuestra ciudad. Claro está que, el que ha ideado que los poco más de 400 km que hay entre Granada y Madrid tengamos que recorrerlos en Ave sin salir de Andalucía, se merece una avenida.
Y es que además de todo esto, debemos sentirnos orgullosos por crear tanto empleo y de tanta calidad, acorde por supuesto a la categoría de la universidad con la que contamos. Es tanto el empleo que hemos generado en los últimos 15 años que, sumándolo al creado en Almería y Jaén, casi igualamos al de Málaga, lo cual denota claramente que estamos en el buen camino, y que tanto es así que podemos exhibir que nos sobra el dinero. Al ser una de las provincias con mayor renta per capita del país no hay ningún problema en hacer una plaza, levantarla, hacer un parking, hacer de nuevo la plaza, asfaltar la calle, levantarla, meter cualquier cable, reasfaltarla…, así hasta tantas veces como queramos, sea en el centro, en un barrio o una vía recién inaugurada. Incluso podemos permitirnos hacer alardes como el erigir monumentos de una modernidad visionaria como el gran “Parque Nevada” (del cual propongo que cuelguen longaniza en sus ventanas para que refleje aun más si cabe que sus paredes podrían estar empapelas con billetes de 500 €).
Y por último no quisiera terminar sin felicitar a los todos los alcaldes y concejales de nuestra provincia, que con tanto ahínco han hecho posible esta realidad, animando a los 168 alcaldes, 1551 concejales, 27 miembros de la Diputación, y demás representantes de los ciudadanos, a seguir los pasos de sus antecesores y así demostrar la razón y el acierto que tuvo Blas Infante en aquella asamblea de Córdoba de 1933, donde, expulsando a Granadinos, Jienenses y Almerienses por plantear que se les reconociera el derecho a la autonomía que años atrás la división territorial de Javier de Burgos les había negado, borraba de un manotazo, esperemos que no para siempre, la idea de una región próspera, desarrollada y de referencia nacional.
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