Publicado en Ideal el 18/01/2008.
Carmen Pérez Porcel.
Empieza a ser irritante esta forma de expresión colectiva que consiste en anteponer el término ‘plataforma’ a todas aquellas manifestaciones de protesta que se organizan para reivindicar un determinado asunto de ‘interés general’. La experiencia nos dice que las pongamos en cuarentena nada mas verlas aparecer y es que la mayoría, bajo la aparente nobleza de sus intenciones, esconden otros propósitos más sórdidos.
Las hay de muchos tipos, por ejemplo las ‘temáticas’ que son siempre del mismo colectivo aunque para asuntos diferentes (las sindicalista de ‘por los trabajadores en precario’, o las ecologista de ‘nunca máis’), o también están las ‘pseudopolíticas’ que son la voz del clamor popular contra la inoperancia gubernamental (como ‘Teruel existe’), o para hacer frente a los excesos de una determinada política de gobierno (como ‘Basta ya’). Pero no se trata de clasificarlas ni de posicionarse a favor o en contra del fenómeno ‘plataformil’, simplemente se trata de llamar la atención sobre el tufo oportunista que algunos de estos palenques reivindicativos desprenden, por más sahumerio con olor a decencia que se les quiera poner encima.
Llama la atención una nueva que se ha presentado en el barrio del Realejo de manos de la Asociación de Vecinos para pedir aparcamientos subterráneos. La misma se anunciaba en la Convocatoria de la última Junta Extraordinaria celebrada el pasado 19 de diciembre, como ‘Posible Plataforma Pro-aparcamientos en el barrio’ y dicho así, con tanta cautela, da que pensar ¿por qué un enunciado tan circunspecto y timorato para convocar a los vecinos, si se trataba de algo tan necesario para el barrio? El llamamiento era tan torpe que se olía, y hasta se veía el agio. Se presentó durante la junta extraordinaria antes mencionada como un proyecto atrevido, aunque en este caso el término ‘atrevido’ no sea sinónimo de audaz, valiente, decidido o emprendedor, sino que tiene otra cara menos amable como es la de descarado, irrespetuoso, imprudente o trasgresor, y decimos esto porque lo que se les pidió, a los pocos vecinos asistentes, fue que colaborasen con un promotor privado que estaba interesado en llevar a cabo el proyecto del aparcamiento.
A veces la ignorancia es osada porque no sopesa, antes de cometerlas, el alcance que ciertas conductas pueden llegar a tener, y es así, con esta mala praxis, como se cometen abusos desde las asociaciones de vecinos…. cuando las mismas se utilizan para favorecer intereses privados. A veces también la ignorancia es transparente porque lo enseña todo, lo que es aparentemente bueno e inofensivo (como atribuirle el mérito de la consecución del Centro de Salud del Realejo a otra dichosa plataforma que, en todo caso, destacó por su nefasta e ineficaz gestión de ‘más de catorce años’ que son los que separan al antiguo Hospital Militar del actual Centro de Salud), y lo que es evidentemente malo y peligroso (como el desmedido afán por buscar los terrenos para el promotor, entrometiéndose incluso en litigios que le son ajenos).
Esta ocurrente propuesta vecinal coincide en el tiempo con la aprobación del expediente 9548/04 de innovación del PEPRI Alhambra-Alijares para la reordenación de los espacios libres, tanto públicos como privados, que van desde la Antequeruela al Carril de San Cecilio, para edificar, sobre y bajo rasante, un garaje y un SPA para el Hotel Alhambra Palace,… precisamente donde la anterior directiva de la Asociación de Vecinos siempre había reclamado que se abriese el nuevo acceso que estaba previsto en la normativa actual (y vigente desde 2001) para comunicar ambas calles. Puede ser que la directiva actual desconozca estas normativas y por eso aún no se ha pronunciado sobre las mismas, en cuyo caso es de esperar que lo haga ahora y además que lo haga en la misma línea que su antecesora, defendiendo y reivindicando los espacios públicos para el barrio. Aunque si su conducta a partir de ahora es la de permanecer callados, y permitir que se cometa otro nuevo atentado urbanístico, otra vez oirán hablar del silencio cómplice que tanto les irrita cuando se lo nombran.
Pero no sólo les fallan las estrategias a los responsables del colectivo vecinal, sino que también les traiciona la memoria. Afirmaban, airadamente, en la carta al director que nos dirigieron en este mismo periódico el pasado 29 de noviembre que ignoraban la noticia del traslado de Emasagra, y la ofuscación por mostrarse ofendidos con nuestro artículo sobre dicho traslado les jugó una mala pasada a la hora de redactarla. Olvidaron que la Sra. presidenta y alguno más de sus miembros, habían asistido el pasado 25 de octubre al magnifico acto que ofreció el anterior concejal de Urbanismo; Don Luis Gerardo García-Royo, en la tertulia del Club Damasqueros, donde éste le dio un acertado, y atinado, repaso a la política municipal del actual equipo de gobierno dedicándole una de sus perlas dialécticas, precisamente, al traslado de Emasagra sobre el que, entre otras cosas, dijo que no entendía los motivos para el traslado de un edificio que se había adquirido con fondos europeos del Plan Urban, y que por lo tanto forma parte del patrimonio municipal.
Y, ya para terminar, una última recomendación en forma de proverbio chino: «no prometas nada cuando te sientas eufórico, ni respondas una carta cuando te sientas iracundo».
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