Publicado en Granada Hoy el 24/12/2009.
La Administración local mantiene con cada uno de los distribuidores una deuda media de 62.000 euros, lo que suma un total de 42 millones de euros que el Consistorio no sabe cuándo podrá abonar. Llevan una media de 210 días esperando para poder cobrar los 62.000 euros de media que el Ayuntamiento les adeuda. Cerca de 700 proveedores de la ciudad aguardan con impaciencia a que el Consistorio liquide los 2.368 recibos pendientes de pago, aunque no parece que lo vaya a hacer en lo que queda de año. Es más, no sabe cuándo lo hará. De momento, lo único que se sabe es que hay un agujero de 42.531.508 euros que se corresponden con 2.368 facturas pendientes. Para el concejal de Economía, Juan Antonio Mérida, las cifras tienen una lectura que no es del todo negativa: el 60% de los impagos se mantienen con grandes empresas que, por su volumen de negocio, tienen más facilidades para soportar esta deuda. Y es que, según explica Mérida, el último crédito que el Ayuntamiento pidió por valor de 14 millones de euros ha permitido saldar las cuentas pendientes con los pequeños proveedores de la ciudad. Pero, ¿cómo afrontará el pago de los 42 millones restantes? El concejal de Economía asegura que está trabajando en un proyecto -sobre el que no quiso dar ningún dato- que le proporcionaría al Ayuntamiento un ingreso extraordinario y que dejaría prácticamente a 0 la deuda del Consistorio. De no ser así el futuro se presenta del todo incierto. “No me atrevo a dar cifras ni fechas acerca de cuándo podríamos liquidar esa deuda, yo confío en que antes de que termine el mandato”, apuntó ayer Mérida, quien volvió a criticar la bajada de las aportaciones del Estado a los ayuntamientos. De hecho, el concejal echó mano de este argumento en reiteradas ocasiones durante el pleno de aprobación de los presupuestos de 2010. Unas cuentas por valor de 314 millones de euros (un 15% menos que el año anterior) que fueron finalmente aprobadas pese al rechazo del grupo socialista y de IU. Ambos grupos se apoyaron en dos argumentos para torcer el gesto ante los presupuestos: por un lado aseguran que las cuentas se basan en ingresos irreales que nunca se cobrarán y, por otro, se mostraron contrarios al endeudamiento del Consistorio. IU fue más allá y propuso que se retirara el presupuesto y se elaborara otro; una iniciativa que Mérida rechazo de lleno instando al concejal de IU, Francisco Puentedura, a presentar unas cuentas alternativas en lugar de echar por tierra el presupuesto de 2010. El discurso de la portavoz socialista, Carmen García Raya, ahondó en los mismos puntos débiles del presupuesto: “No es un presupuesto de austeridad, sino de irresponsabilidad, los barrios apenas reciben 4 millones de euros, -mucho menos de lo que se gastó en remodelar Gran Vía- y grandes proyectos para la ciudad como el Milenio, el tranvía por el centro y la Universiada tienen unas partidas casi inexistentes”, apuntó la portavoz socialista, e instó al Ayuntamiento a reconocer el problema económico que padece para poder ponerle solución.