Publicado en Ideal el 13/03/2008.
Antonio Ruiz.
Sr. Director de Ideal, a través del periódico que usted dirige quisiera dirigirme al conjunto de la sociedad Granadina y más particularmente a sus representantes políticos.
Tras un repaso del resultado electoral podrían sacarse distintas lecturas dependiendo del color con que se mire, aunque la realidad parece estar bien definida. Lo cierto es que analizando los datos tanto de la costa como en la capital, apreciamos un profundo malestar con la gestión Andaluza. Si nos fijamos en nuestra provincia hermana, Almería, el pesar esta aun mas acentuado. No hemos de entenderlo como derecha contra izquierda, si no como modelos de gestión, pues Cataluña es socialista y al la vista están sus números económicos, sociales, y culturales.
Tras estos resultados podemos seguir anclados 4, 8 o los años que haga falta viendo como el resto de provincias han alcanzado la mayoría de edad y siguen creciendo, al contrario que nosotros que seguimos entusiasmados escuchando los cuentos que nos cuentan desde la Junta acerca de autovías, empresas, Aves y tantos proyectos virtuales que nos gustan ver inaugurar. Hace falta alguien que lidere un proyecto que le de sentido a este sentimiento de no querer esa gestión en Educación, en Sanidad, en Empleo, en Infraestructuras, ect …, nos ampara la historia y la propia Constitución. Es momento de reflexionar y empezar a poner las bases sobre la construcción de nuestra comunidad autónoma. pues a la vista esta, no es un capricho es una necesidad.
Granada y Almería, dos provincias que forman un pueblo, representadas en el margen inferior del escudo constitucional, deben coordinar sus esfuerzos en este proyecto y volver a vincularse con el norte y el levante Español, equiparándonos a ellos, retomando un protagonismo en España perdido desgraciadamente desde nuestra inclusión en Andalucía. en el siglo XIX. No olvidemos que la que esta perdiendo no es solo Granada, es España, pues uno de sus motores sigue parado, y para ser potencia mundial estos lujos no tienen cabida.