Publicado en Ideal el 24/03/2008.
Remedios Roldán, Portavoz de Prensa de ‘Ciudadanos por Granada’.
Puesto que la polémica por el teleférico que uniría Granada con Pradollano continúa abierta (la ultima defensa, al mismo, de Sebastián Pérez data del 3 de marzo) Ciudadanos por Granada quiere dar a conocer su posición como colectivo al que le preocupa hondamente todo lo que acontece en nuestra ciudad y provincia.
Nuestra Asociación no se opone sino que apoya toda iniciativa que pueda significar un avance en el desarrollo sostenible de nuestro entorno y, por ello, tampoco se opone al teleférico.
Evidentemente lo que sí cuestiona son determinadas características que acompañan y definen el proyecto presentado, ya que una posición en pro o en contra no deja de ser una frivolidad si no se ha hecho, previamente, el análisis adecuado.
Para ello y para no caer gratuitamente en sentimientos de victimismo y de agravio comparativo, es imprescindible conocer y valorar lo que ese medio de transporte nos puede aportar a los granadinos y lo que nos cuesta en términos no económicos –ya que de estos se ocupan las empresas que están promoviendo la propuesta–, sino medioambientales, de progreso y de calidad de vida.
Después de tantas opiniones escuchadas y leídas en los medios de comunicación, entendemos que a los ciudadanos de a pie lo que nos interesa con respecto a este tema es muy simple: que dicha infraestructura, o cualquier otra que se pueda plantear, cumpla una serie de condiciones que permita que los beneficios, referidos a los aspectos mencionados, superen a los perjuicios. A nuestro entender, serían las siguientes:
1º.- Que no se perturbe la flora y fauna protegidas por el parque natural y su entorno, especialmente las poblaciones de rapaces, muy sensibles al sistema de cableado de gran altura requerido y al trasiego de cabinas por el mismo; por tanto, el trazado del teleférico debe ser consecuente con ello y evitar todas aquellas zonas que quedan afectadas por esas circunstancias, ya que la destrucción de ese medio natural, por pequeña que sea, seria irrecuperable y tiene que ser evitada a toda costa.
2º.- Que la infraestructura de transporte que se plantea tenga la capacidad (no solo física) para evitar y suprimir la contaminación y el impacto ambiental que estamos padeciendo a causa del tráfico de vehículos de la actual carretera de acceso a la estación de esquí. Ahora bien, si, como dice la Junta de Andalucía, todo lo que se puede eliminar con el teleférico es un 6% de desplazamientos por carretera, entendemos que el balance es claramente negativo y que, por lo tanto, la implantación del nuevo medio, que seria adicional y no sustitutivo, carece de sentido dado que el aforo de la estación no puede ni debe aumentar.
3º.- Que el impacto paisajístico sea aceptable o al menos soportable. Para ello se debe evitar el paso por las zonas más sensibles como, pueden ser, los Cahorros, el Purche, etc., ya que las torres de apoyo de gran altura –se prevé que lleguen hasta los 80 m.– y las construcciones de superficie anejas ocuparían una superficie de hasta 45.880 m2, que es lo que ocupa la estación de reenvío del Purche. Todo ello perturbaría gravemente la imagen que todos los granadinos tenemos de esos paisajes y que forma parte de nuestras vivencias más profundas.
4º. Que no se vea afectada negativamente la economía y la calidad de vida de los habitantes de los pueblos del entorno. El Teleférico no tiene paradas en los pueblos de la Zona de Influencia Socioeconómica del Parque Natural de Sierra Nevada, lo cual repercutirá, incluso, negativamente en ellos al verse reducido el número de visitantes y transeúntes. El impacto también será negativo en la calidad de vida de estos habitantes debido a la contaminación acústica, lumínica y paisajística. Por otra parte la generación de empleo será muy escasa y de carácter temporal, y la que se produzca en la construcción de la infraestructura, se perderá una vez terminada la misma, por lo que tampoco este aspecto justifica el coste ambiental de la instalación.
5º.- Por último, que la instalación sea rentable por sí misma en unos plazos razonables, pues de no ser así podrían ocurrir dos cosas, que al ser insostenible económicamente se produzca su paulatino abandono quedando “el muerto” implantado, o bien, que se busque una rentabilidad forzada por la existencia de dicha instalación. Esta segunda alternativa podría venir de la mano de la construcción de hoteles próximos a las estaciones del teleférico, o incluso núcleos de urbanización que posteriormente exigirían la creación o mejora de las comunicaciones por otros medios, lo que agravaría un problema surgido simplemente de la implantación del nuevo medio. Dado que la creación de zonas residenciales tiene su proceso urbanístico previsto, si ello es lo que se persigue y fuese conveniente, tramítese así, pero no forzado por la falta de rentabilidad de ninguna otra cosa. Aunque en el terreno de las hipótesis, desgraciadamente hay sobradas experiencias en el pasado como para temer maniobras de este tipo.
Si el proyecto del teleférico (o de tranvía) que se presente cumple esas condiciones, ‘Ciudadanos por Granada’ aplaudiría la iniciativa con entusiasmo.
El proyecto presentado actualmente, no cumple esas condiciones, por lo que nos oponemos frontalmente al mismo. Nos parece una actitud irresponsable la declaración de algún político afirmando que si su partido ganara las elecciones de Andalucía se construirá el teleférico. Tampoco entendemos que se hable de un trato discriminatorio hacia Granada. Simplemente se ha respetado la decisión del organismo técnico, el que decide sobre estos temas, la Dirección de Parques Nacionales del Estado. Hay que tener en cuenta que previamente se han emitido informes negativos a proyectos que afectaban a lugares tan emblemáticos como el Parque Nacional de Doñana (urbanización en proximidad), Parque Nacional de Picos de Europa (teleférico), Parque Nacional de Cabañeros (parques eólicos) y Parque Nacional de Ordesa (ampliación de camping). Entendemos por tanto que más que agraviarnos, el mencionado organismo ha tratado a Sierra Nevada con el mismo celo y cuidado que a estos ilustres y maravillosos lugares.