Grupos ciudadanos se unen contra la venta de patrimonio público

Asociaciones culturales y vecinales de la ciudad se unen para evitar la venta de tres edificios históricos municipales, la Casa Ágreda, la antigua sede de la concejalía de Cultura y de la Cruz Roja, en San Matías.A sus cuatro siglos de edad la Casa Ágreda está dando que hablar. La decisión municipal de sacar a la venta los edificios municipales de San Matías, por 2,8 millones de euros; la Casa Ágreda por 6,2, y otro inmueble en la Cuesta de Santa Inés del que todavía no se conoce el precio de salida, ha suscitado un movimiento político y ciudadano que tuvo su primer acto público ayer con la presentación de la Plataforma Ciudadana por la Defensa del Patrimonio Histórico, que se promete dispuesta a hacerse oir para evitar la enajenación de los inmuebles.
La cita en la Cuesta de Santa Inés, entre la Casa Ágreda y la actual sede de la Fundación Albaicín, sólo consiguió congregar a poco más de veinte personas de las siete agrupaciones que conforman la nueva entidad -asociación de vecinos del Bajo Albaicín, Ciudadanos por Granada, asociación cultural Fernando de los Ríos, asociación granadina de Artesanos, Víctor Ullate, PSOE e IU- que han hecho suya la frase “la historia de Granada no se vende”.
Descanso de San Juan de Dios. El recién creado colectivo se opone a la enajenación de los edificios al considerar que la decisión será irrevocable y supondrá la pérdida de bienes que atesoran parte de la historia de la ciudad de la Alhambra. En este sentido, Remedios Murillo, de Ciudadanos por Granada recordó que se cree que San Juan de Dios utilizaba como lugar de descanso una parte de la planta baja de la Casa Ágreda y por ello en la entrada aparece un cuadro relativo a la actividad del santo. “Es un capital que vamos a perder y Granada tiene que moverse para que no ocurra”, sentenció la granadina.
Los manifestantes afirmaron además, que se trata de un bien que pertenece a los granadinos pero que pasará a manos privadas sin tomarles parecer y compararon la operación con el intento de venta del Carmen de los Mártires, que finalmente quedó frustrado por la fuerte oposición ciudadana.
Socialistas e Izquierda Unida ven en la venta una operación para ingresar efectivo y darle un respiro a la economía municipal. “Si el Ayuntamiento tiene que hacer un plan de austeridad que priorice sus gastos, pero que no sea a costa de vender lo que pertenece a todos los granadinos”, señaló la portavoz del PSOE, Carmen García Raya, mientras que la portavoz de IU, Lola Ruiz, lanzaba la pregunta “¿quieren sacar seis millones de aquí para gastarse cuatro en una televisión?”.
Los manifestantes han iniciado ya una campaña de recogida de firmas, pegada de carteles y reparto de información sobre sus peticiones. Han anunciado, además, que tras la reunión de la semana próxima concretarán nuevas propuestas.
Ante estas críticas, el equipo de gobierno pedía ayer calma tras aprobar el pliego del concurso para “la enajenación por procedimiento abierto de los dos edificios de la Cuesta de Santa Inés”, al considerar la protesta como un acto de marcado carácter político y “demagógico” orquestado por el PSOE e IU como una actuación más de oposición al gobierno local. Para García Montero no se trata de una pérdida de bienes municipales ya que por ley los ingresos tendrán como destino la partida de patrimonio, sin embargo se desconoce su uso final. “No entiendo las críticas, porque está garantizado el incremento patrimonial”, afirmó y dejó en manos de la Junta de Andalucía la compra de los inmuebles “si entiende que esos edificios deben permanecer en lo que es el dominio público”.
García Montero justificó la medida con las mismas razones que ya expuso en pleno municipal, incluso repitió las críticas a la Junta de Andalucía por comprar el Banco de España para la escuela de fiscales y no para museo de la ciudad. La decisión se enmarca, explicó el edil, en la unificación de las oficinas municipales en el complejo administrativo de los Mondragones, un proceso que comenzó hace cuatro años, recordó, y que ha provocado que se queden edificios sin uso.