Hurtado dice que el aforo del recinto se vería desbordado con una gran convocatoria. Estará clausurado durante los días 1, 2 y 3 del mes de mayo.
Publicado en Ideal el 11/04/2008.
El gobierno local de Granada ha ido dando vueltas a su justificación para cerrar el botellódromo durante los días de la fiesta de la Cruz, y parece que ya empiezan a encajarle las cosas. Hasta ahora, la excusa ha sido la de que los bebedores foráneos, llegados desde los más variopintos lugares de España e incluso allende nuestras fronteras, son los que empuercan las calles, miccionan donde les parece y dejan la ciudad hecha un cisco. Pero esto de echar la culpa a los de fuera, que es lo que ha hecho la concejala de Juventud, no acaba de convencer a nadie, pues pareciera que los bebedores ambulantes locales son un ejemplo de civismo en sus entretenimientos botelloneros, cuando salta a la vista que eso no es así.Ayer, el alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, afinó más la idea para explicar el cierre del botellódromo instalado junto a Hipercor. Según su argumentación, las instalaciones están preparadas para un aforo determinado, y su capacidad se desborda ampliamente cuando hay una convocatoria masiva de bebedores, con lo cual, de hecho, la mayoría bebe fuera del recinto, en plena vía pública.
Eso fue lo que sucedió durante la última convocatoria. El botellódromo puede albergar aproximadamente a 6.000 o 7.000 personas -la cifra puede aumentar más si se apretujan mucho-, pero en realidad hubo unos 15.000 asistentes. Es como si se pretendiera meter en Los Cármenes a todos los espectadores del Nou Camp: sería mucho peor que el afamado metro de Tokio y sus apreturas.
Dado que la convocatoria realizada ante la fiesta de la Cruz tiene todos los visos de convertirse en otra macroconcentración inabarcable, el Ayuntamiento ha decidido cortar por lo sano y clausurar las instalaciones durante los días de fiesta.
En concreto, el botellódromo estará cerrado a cal y canto durante los días 1, 2 y 3 de mayo. José Torres Hurtado resumió así su idea: «Nosotros disponemos de un recinto que está pensado para una población determinada, y no para que desde todos los sitios de España vengan aquí. Tenemos unas instalaciones dimensionadas para nuestra ciudad, pero no para toda España. Eso es lo único que está distorsionando la situación».