Publicado en Granada Digital el 19/04/2007
La creación de un foro metropolitano de alcaldes de los municipios que rodean la capital, con la intención de formar “a largo plazo” una mancomunidad “para aunar voces”; la peatonalización definitiva del centro histórico, la ampliación del Metro hacia el Norte, el cierre del anillo de la Circunvalación y el establecimiento de un tranvía en el casco urbano son las propuestas más ambiciosas que el Partido Popular de Granada ha presentado hoy en rueda de prensa dentro de la primera parte de su programa electoral. El alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y también candidato al puesto que ahora ocupa para los próximos comicios, ha desgranado una a una las 33 propuestas “más destacadas” del centenar que componer lo que los populares han llamado el programa “Una Granada para vivir”, y que recoge la mayoría de sus intenciones para con la ciudad. Las otras tres, “Una Granada para convivir”, “Una Granada para exhibir”, y las diversas actuaciones en los barrios, se presentarán próximamente.
Los platos fuertes
Metro, tranvía, AVE y Circunvalación se conforman, una vez más antes de unas elecciones, como la salvación al tráfico de Granada y a su eterno problema de las comunicaciones. En cuanto al primero, Torres Hurtado ha insistido en la necesidad de que “se amplíe hacia la zona Norte” del área metropolitana, ya que el actual diseño “da solución a los desplazamientos de unas 40.000 personas”, pero son 150.000 las que “van y vienen todos los días a Granada a trabajar”.
En cuanto al tranvía, el alcalde justifica su necesidad en primer lugar por el proyecto de la definitiva peatonalización del centro de Granada. Con este medio de transporte “se eliminan coches del centro”, “se cuida el medio ambiente” y “se embellece la ciudad”, ya que, según el regidor municipal, tras hablar firmado un convenio con Sevillana-Endesa por el que se soterrarán los cables eléctricos de las calles más céntricas, “no íbamos a poner más cables por culpa del tranvía”. Así, el futurible equipo de gobierno, si no se mueven del Ayuntamiento, encargarían un estudio para comprobar su viabilidad y traerían un tranvía “de última tecnología” al que no se le ven los cables.
La idea es, por tanto, que los granadinos del área metropolitana o de los barrios periféricos de Granada dejen sus vehículos en los aparcamientos “de borde” (aquellos que rodean el casco histórico), y se muevan con el tranvía.
Para descongestionar el tráfico, el carril bus-taxi se extenderá “en los barrios que lo permitan”, según Torres Hurtado, mientras que el carril bici se dejará para la Vega, ya que “en Granada no hay una demanda de acudir en bicicleta al trabajo”. Los paneles informativos de la Rober donde se ve a qué hora llegan los autobuses “se extenderán a todas las paradas”. Estos instrumentos también se multiplicarían por la ciudad para informar del estado del tráfico en tiempo real.
El cierre del anillo de la Circunvalación es una idea de los populares bien asentada y sin visos de cambio, mientras que “exigirán” el soterramiento del AVE, al igual que la futura estación.
La Vega, “un pulmón verde”
Capítulo aparte necesita lo que esta mañana ha llamado el alcalde de Granada “el pulmón verde”, el cual “está siendo agredido por todos los municipios que lo rodean”, dijo tajantemente el edil. El PP propone proteger la Vega a través de un “desarrollo sostenible” y su conversión a una zona “para el disfrute de los granadinos”.
En este punto, tal intención choca con la idea del PGOU presentado por el edil de Urbanismo, Luis Gerardo García Royo, donde se prevé la ocupación de parte del “pulmón verde” por la ampliación del Campus de la Salud y del universitario. Torres Hurtado justifica que “tenemos necesidad de crecimiento” y “lo que no queremos es que se nos vayan ambas instituciones a otro municipio que no sea Granada”. El edil trató de tranquilizar al asegurar que no se permitirá el uso de esta zona para industria ni como residencial. Y es que “cada vez se acerca más desde los municipios a Granada un muro de hormigón que nos va a dar en las narices”, apostilló.
Las medidas sociales
A los grandes proyectos en materia de infraestructuras que el PP granadino propone, Torres Hurtado ha sumado medidas de carácter social, como la de potenciar la ya creada Oficina de Promoción del Deporte adaptado, la introducción de Nuevas Tecnologías en el Patronato Municipal de Deportes, es decir, la posibilidad de que “durante las 24 horas del día de los 365 días del año, se puedan solicitar a través de la red las instalaciones deportivas”.
En cuanto a la vivienda, el edil aseguró que “en todas las construcciones” se reservará un cupo para las protegidas oficialmente (VPO), que se complementará con la “renegociación” de la Hipoteca Joven. Y en materia de empleo, facilitarán la colaboración entre el IMFE y el Instituto Andaluz de la Mujer, que se verá respaldada por la apertura de colegios en periodos de vacaciones.
Los discapacitados y mayores de edad han tenido también un hueco en las 33 propuestas: “Por una Granada sin barreras”, ha dicho el alcalde, se construirán viviendas adaptadas a ambos colectivos, especialmente a los que tienen escasos recursos económicos.
Los flecos
Si el alcalde de Granada vuelve a ser elegido, se “recuperará el Genil”, una vez que finalicen las reformas del Paseo del Salón y de la Bomba y el aparcamiento del Violón. Se convertirán en una zona “apetecible para el paseo, los encuentros…”.
Y aunque en este programa electoral se ha dejado un capítulo aparte para los barrios, el Albaicín y el Sacromonte se han montado en el tren de los 33 puntos más destacados. Para ambos se propone que llegue la red de aparcamientos, con el fin de facilitar el acceso, como la del Peñón del Tigue, y se ha mostrado la idea de crear una nueva zona de acceso hacia el Albaicín a través de El Fargue.
Remodelaciones en la Magdalena, Pedro Antonio de Alarcón y el barrio de los Doctores, donde se ensancharán las aceras; el soterramiento de los contenedores “a todos los distritos” o los incentivos fiscales para los negocios que colaboren con el Medio Ambiente de la ciudad harían un buen lavado de cara.
También se obligaría a los constructores a plantar árboles por cada veinte metros de ladrillo, y se potenciarían las zonas verdes en 15 metros cuadrados por habitante.