Un decreto del alcalde les da 48 horas, tras la comunicación oficial, para que las abandonen de forma voluntaria o en caso contrario intervendrá la Policía Local . La situación se detecta tras los controles de Urbanismo sobre estas viviendas.
Publicado en Ideal el 11/01/2007.
Algunas cuevas habitadas del Sacromonte y del barrio de San Miguel Alto podrían derrumbarse. La falta de seguridad para sus moradores y la insalubridad que existe en muchas de ellas han llevado al Ayuntamiento de la capital a tomar la decisión de ordenar el desalojo de un total de 15 cuevas, habitadas casi todas ellas por ‘hippies’ y ‘okupas’. El Ayuntamiento ha conocido esta situación a través de los estudios que desde hace unos meses se hacen por parte de la Gerencia de Urbanismo para elaborar un verdadero censo de casas-cueva y conocer si tienen propietario, están alquiladas, desocupadas o abandonadas.
El alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, ha firmado un decreto por el que se ordena el desalojo inmediato de estas 15 cuevas, no por el hecho de que puedan estar ocupadas ilegalmente, sino porque plantean problemas esctructurales graves y no se puede correr el riesgo de que se caigan sobre sus moradores o provoquen problemas de corrimientos de tierras en la ladera donde se encuentran. La orden del Ayuntamiento da un plazo de 48 horas para que abandonen la vivienda troglodita, a contar desde que se les comunique a sus moradores. En caso de que no se cumpla con la orden municipal, será la Policía Local la que se encargará de hacer efectivo el desalojo.
Los servicios jurídicos municipales han puesto el caso en conocimiento de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, para actuar de forma conjunta, ya que la situación de las viviendas supone un peligro público.
Esta actuación es sólo la primera fase de otras más contundentes que se acometerán a lo largo de los próximos meses, una vez que terminen los informes sobre las características de las viviendas trogloditas de Granada, que realizan los técnicos de la Gerencia de Urbanismo. Se trata de elaborar un censo real de este tipo de infraestructuras, conocer sus pobladores, sus propietarios, e incluso su estado de seguridad . En la Alcaldía afirman que no se trata de una acoso a los movimientos alternativos, a ‘hippies’ u ‘okupas’, sino responder a necesidades de salubridad y seguridad, y por otra parte conocer los propietarios de cada una de ellas para poder exigirles que cumplan con las obligaciones que posee cualquier propietario de viviendas en la capital, entre ellas la de mantenerla en condiciones dignas y sin riesgo de caída, además de declarar ruinosa aquellas que realmente no puedan ser objeto de rehabilitación.