La agricultura sostenible y un gran parque blindarán la Vega contra el ladrillo

El futuro de la Vega seguirá siendo verde tras la revisión del Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Granada, POTAUG. El ladrillo no tendrá espacio en esta alfombra verde, salpicada por pequeñas construcciones ilegales, que aspira a convertirse en el pulmón de la capital y los pueblos del cinturón metropolitano. Al menos, esa es la propuesta perfilada en un documento inicial que servirá para arrancar los primeros trabajos de revisión del POTAUG el próximo día 24 de julio.

«El objetivo es conservar la Vega, pero no desde una filosofía aislacionista, sino de una forma que permita atraer a la ciudadanía para disfrutar de este entorno». Las palabras son de Vicente Granados, presidente del Observatorio Territorial de Andalucía -Otea-, organismo autónomo de la Consejería de Vivienda responsable de estudiar todos y cada uno de los planes urbanísticos de las aglomeraciones urbanas de Andalucía.

El parque será el banderín de enganche del Milenio, proyectado sobre una superficie de 580 hectáreas, de las que 169 discurrirán por el término municipal de Granada y el resto se repartirán por la vega de Cájar, Ogíjares, La Zubia y Huétor Vega. Y se llenará de actividades como ocurre en la actualidad con el Parque del Alamillo en Sevilla, el cual cita Granados como ejemplo. «Hay que llevar gente hacia este pulmón y para ello hay que ser ingeniosos, no basta con decir tenemos un parque y ya está. Hay que llenarlo de contenido».

El problema, ahora, es el varapalo de este anuncio para planes como el del Ayuntamiento que, en su nuevo Plan General de Ordenación Urbana, PGOU, preveía hincarle el diente a dos zonas de la Vega para aliviar la falta de suelo existente en la capital. El Ayuntamiento de Granada necesitaba el cambio de uso de suelo agrícola en la zona de Canto Grande -camino de Santa Fe- y también otros espacios próximos a la barriada de Bobadilla, donde proyectaba terreno suficiente para que los promotores puedan levantar más de 15.000 viviendas.

El primer documento que se pondrá encima de la mesa de trabajo para iniciar la revisión del POTAUG quiere marcar las líneas maestras, los límites que no podrán ser traspasados por las administraciones a la hora de dibujar el mapa del plan de ordenación de la aglomeración urbana de Granada. Serán los ayuntamientos y la Junta de Andalucía quienes deban consensuar, en la medida de lo posible, qué debe y no debe tocarse en espacios protegidos como la Vega. De salida, se apuesta por su conservación.