El Ayuntamiento dio ayer su aprobación provisional al proyecto del histórico hotel. Ya sólo falta el refrendo de Cultura de la Junta.
Publicado en Ideal el 16/05/2008.
Desde ayer, el Hotel Palace de Granada -un emblema turístico de la ciudad- está más cerca experimentar la mayor renovación de su historia reciente. El Ayuntamiento de la capital ya ha dado su visto bueno provisional al proyecto que permitirá que el establecimiento hotelero se dote de un aparcamiento de 77 plazas y un balneario -eso que ahora todo el mundo llama SPA-.Según explicó ayer la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, ya sólo restan la aprobación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y del pleno municipal -un mero trámite, dada la mayoría absoluta de la que goza el PP- para que puedan arrancar unas obras que prometen ser complicadas. La cercanía de la Alhambra, el monumento más visitado de España, y la orografía montañosa del terreno suponen un reto para los promotores.
El proyecto de reordenación de la zona del Alhambra Palace ha sido elaborado por el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas y prevé la transformación de un solar que existe junto al propio hotel en un aparcamiento con capacidad para 77 vehículos. El ‘parking’ constará de cuatro plantas.
Ascensores
Dada la inclinación del terreno, el acceso a los futuros estacionamientos no se hará a la manera tradicional. La solución elegida ha sido un sistema de ascensores, que son los que desplazarán los automóviles desde la Cuesta del Caidero hasta el nivel donde deben quedar depositados. En principio, el ‘parking’ sería utilizada tan sólo por los clientes del hotel, aunque si hay plazas libre, podría abrirse al público en general.
En cuanto al aspecto exterior del aparcamiento, éste quedara distribuido en bancales que servirán de miradores sobre la ciudad. Además de las cuatro plantas dedicadas al estacionamiento de vehículos, el proyecto prevé la construcción de un balneario -un SPA-Durante el periodo de exposición pública de la ambiciosa iniciativa arquitectónica, Ecologistas en Acción presentó alegaciones al entender que las obras iban a suponer la destrucción de un jardín catalogado como zona verde privada de especial interés, algo que, en su opinión, causaría un «enorme impacto paisajístico» en la zona monumental Alhambra-Alijares.