Publicado en 20 minutos el 02/04/2008.
Son el 26% de la población total de la ciudad.
Beiro, Ronda y Chana, los barrios con mayor exceso de ruido.
Ninguna de las zonas críticas, en entornos de hospitales y centros educativos, cumple con los límites legales.
El Ayuntamiento de la capital presentaba esta mañana el mapa de ruidos, un complicado estudio cuyos datos permiten llegar a unas conclusiones u otras en función del crisol con el que se analicen.
Para el Consistorio, los datos son “más ventajosos de los que esperábamos”, en palabras de la edil de Medio Ambiente, María Dolores de la Torre.
Esto es, en términos globales, la ciudad ha registrado durante los tres años que ha durado la investigación una media de 61,8 decibelios, por lo que “no supera los límites establecidos por la Unión Europea en 55 y 65 decibelios para la noche y el día”.
Los datos son más ventajosos de lo que esperábamos aunque deberían ser mejores
La responsable del área reconoce que “deberían ser mejores”, si bien celebra que los granadinos soporten menos ruido que hace nueve años “pues ha bajado en seis puntos los niveles registrados en comparación con los datos con los que contaba la Junta de Andalucía”. Pero no todos tienen la misma suerte de dormir tan tranquilos.
Más de 62.000 vecinos de la capital soportan niveles de ruido superiores a los autorizados por la normativa europea (65 decibelios) es decir, un 26% del total de la población de la ciudad. Los registros, captados a través de ocho sonómetros fijos instalados en cada distrito y de los colocados en 54 puntos de la capital, son más elevados en horario nocturno.
Los habitantes más castigados por el ruido son los de Beiro, Ronda y Chana. En estos distritos, los decibelios alcanzan los 64,8 (dB), 64,7 (dB)y 64,5 (dB) respectivamente, datos que empeoran a medida que se pone el sol. De noche, también son las zonas donde mayores decibelios se emiten, una situación que “llevará al Ayuntamiento a emprender medidas para atajarla”, aclaraba de la Torre.
El Albaicín, el más tranquilo
El Albaicín, con 57,6 dB, es el barrio con más tranquilo según el mapa de ruidos, documento al que los vecinos podrán plantear alegaciones “o sugerencias que tendremos en cuenta antes de aprobarlo por la junta de Gobierno local”, indicaba la edil.
El estudio, llevado a cabo por la Universidad de Granada, subraya que de las 2.238 calles analizadas, 478 superan el límite legal de día, 412 lo hacen durante la tarde y 718 por la noche. Aquí, es el Zaidín el distrito más ventajoso con el menor número de calles que infringen el umbral pese a no ser el más silencioso (tiene 61,2 dB).
Límites por zonas
La normativa europea establece los 65 decibelios para el día y los 55 para la noche, sin embargo, estos umbrales varían en función de la zona que se analice y es ahí donde se tambalea el triunfalismo del Consistorio.
Según esta premisa, ninguna de las zona catalogadas como críticas en la capital (entorno de hospitales, centros docentes o de culto religioso) cumple con las restricciones. Es el caso del perímetro del Palacio de los Córdova, por ejemplo, del Hospital Real, la Catedral, el Clínico o el Virgen de las Nieves.
La asociación Granada Contra el Ruido acusa al Ayuntamiento de “mentir”
Tampoco sale bien parada Granada si se analizan los valores registrados en algunas zonas residenciales o de ocio nocturno, de ahí las críticas de la asociación Granada Contra el Ruido.
Su presidente, Francisco Morales, acusaba esta mañana a la edil de mentir a la hora de interpretar los datos del mapa. Éste será remitido a la Consejería de Medio Ambiente para que emita su informe vinculante y, “a partir de ahí, emprenderemos las acciones para reducir al menos en cinco puntos los valores registrados”.
Medidas para mejorar
El documento viene acompañado por una batería de 20 medidas propuestas por el grupo de investigadores de la Universidad que ha elaborado el mapa. Entre ellas, la restricción del tráfico en algunas zonas (es el principal foco generador de ruido), un mayor control sobre los ciclomotores, así como del horario de cierre de los locales de ocio nocturno.
También, el grupo propone cambiar el asfalto por uno poroso “que hace menos ruido”, favorecer el uso de neumáticos más silenciosos, reducir a 30 kilómetros/hora la velocidad permitida en zonas residenciales, restringir el paso de camiones y autobuses por las zonas saturadas y un mayor control sobre las bocinas, según ha explicado el coordinador del trabajo, Diego Pablo Ruiz.