Vecinos del botellódromo se plantean denunciar sus molestias tras dos sentencias favorables

Juzgados de Sevilla y de Salamanca han multado a los ayuntamientos por los perjuicios que genera la bebida callejera y por no hacer nada para evitar el agobio que sufren los residentes más próximos.

Publicado en Ideal el 07/06/2008.

Dos sentencias judiciales que pueden sentar un precedente importante han abierto una vía a los vecinos que residen en la zona del botellódromo para denunciar las molestias que padecen. Las dos resoluciones constituyen un varapalo para dos ayuntamientos, pues han sido multados por los tribunales por los perjuicios que para el vecindario ha causado la bebida callejera. En Granada, residentes de la zona de Hipercor, donde está instalado el botellódromo, creen que estas dos sentencias les abren una puerta para acudir a los tribunales por los innumerables quebraderos de cabeza que, dicen, le producen los bebedores ambulantes. En los próximos días pueden tomar una decisión.La primera sentencia ha sido dada a conocer estos días y se ha traducido en una sanción al Ayuntamiento de Sevilla. En este caso, el Consistorio de la ciudad hispalense ha sido condenado a pagar 24.000 euros de indemnización a una vecina por las molestias que le causó durante tres años un botellón que se celebraba habitualmente justo bajo la ventana de su casa. El juzgado de lo Contencioso número 5 de Sevilla considera en su sentencia que el Ayuntamiento incurrió en pasividad pese a la «evidencia y reiteración» del citado botellón.
Según el tribunal, el Ayuntamiento de aquella ciudad incurrió «en una dejación de funciones».
Esta sentencia narra que en lugar del botellón se producían «gritos, reyertas, coches-discoteca, vomitonas, olor a orines y gran cantidad de botellas y bolsas en el suelo» hasta alta horas de la madrugada.
Pero además de este caso, el Ayuntamiento de Béjar (Salamanca) acaba de ser condenado también a indemnizar a un matrimonio por los ruidos de los botellones. Un juzgado ha ordenado al Ayuntamiento el pago de 12.000 euros y que impida las reuniones multitudinarias de jóvenes para beber en una de las zonas de esa ciudad.
Se trata del Juzgado Contencioso-Administrativo número 1 de Salamanca. Este tribunal considera que los vecinos tienen derecho «a la inviolabilidad del domicilio, a vivir sin contaminación acústica y sin que el ruido altere la tranquilidad y la salud del individuo».
Dicha sentencia indica que el matrimonio que había denunciado las molestias tiene derecho a la indemnización dados «los ensordecedores e insoportables ruidos» que producen los botellones en El Regajo, en Béjar.
Según este fallo judicial, «no faltaban el griterío de los asistentes, incluso petardos y cohetes y un continuo tránsito de coches» en esa zona de botellón.
En realidad, las concentraciones de botelloneros en Béjar, compuestas habitualmente por unas 500 personas, se asemejan a un juego de niños si se comparan con las del botellódromo de Granada, donde habitualmente se reúnen al menos 3.000 jóvenes prácticamente cada fin de semana.
Tanto la sentencia de Sevilla como la de Salamanca son firmes.
Quejas
Los vecinos de la zona de Hipercor, que es donde está enclavado el botellódromo oficial de Granada, han mostrado en reiteradas ocasiones sus protestas por las molestias que les producen estas concentraciones. Llegaron incluso a reunirse con el alcalde de la capital y con el Defensor del Ciudadano para hacer patente su protesta. Ahora, a la luz de las dos recientes sentencias, se plantean la posibilidad de iniciar algún tipo de acción legal, aunque todavía no hay una decisión en firme al respecto.
«Las sentencias nos dejan una puerta abierta y tendremos que estudiarlas», dijo a este periódico uno de los portavoces habituales de estos vecinos. «No descartamos tomar medidas y desde luego vamos a analizar bien las sentencias para ver hasta dónde podemos llegar», dijo.
El portavoz vecinal se quejó de que el alcalde, José Torres Hurtado, les prometió que el botellódromo sería provisional en su actual emplazamiento de Hipercor, pero pasa el tiempo y nada hace pensar que vaya a cambiar de ubicación. De hecho, el Ayuntamiento de Granada, que había anunciado la construcción de un par de botellódromos más, no contempla ninguno de ellos en su propuesta para reformar el Plan General de Ordenación Urbana de Granada actualmente vigente.

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