Editorial, agosto de 2013
Nos levantamos cada día inmersos en noticias de corrupción política y por ende sentimos ya un agotamiento psicológico culpa de la insatisfacción que nos provocan. Ante la llamada a las urnas los ciudadanos vamos pacientes a entregar nuestro voto pensando que a partir de entonces las cosas cambiarán. Aun tenemos fe en el ser humano y creemos que todavía hay posibilidad de enmienda y que el político se tornará en su gestión hacia el ciudadano que le ha votado. Como decimos, seguimos teniendo fe en el ser humano. No todos pueden querer llegar a la política para hacer de ello su vida profesional. Tenemos esperanza de que el interés por hacer política sea para revertir a los ciudadanos su esfuerzo y su apoyo y que siempre tendrán las miras puestas en ello y no en sí mismos para beneficio propio. La democracia hay que valorarla y reforzarla con nuestras propias reglas creadas. No desistamos de acudir a nuestra cita cada cuatro años y optemos por nuevos caminos, nuevas esperanzas. Las habrá. Hay ciudadanos que ya no se conforman con ofrecer su voto a los partidos establecidos en el sistema hasta ahora y que optan por dar un paso al frente para hacer uso de ese derecho democrático del ‘juego’ político creando un partido desde la base ciudadana por y para la ciudadanía de Granada con la única intención de mediar un camino en la gestión de esta ciudad y ayudar, junto al esfuerzo y apoyo de los granadinos, a desarrollar la Granada en la que todos los granadinos deseamos y aspiramos a vivir. Hay que tener muy claro que la gestión de un ayuntamiento es la administración de los bienes públicos de ese municipio pero sin olvidar y sin obviar a los propios interesados, los ciudadanos granadinos en este caso. Nos veremos entonces en la próxima cita de mayo de 2015.