Un año de Milenio, un año de confrontación

PP y PSOE aprovechan la efeméride para enfrentarse y sólo están de acuerdo en que deberían ponerse de acuerdo. Los presupuestos de la Junta sí incluirán una partida para su organización, de la que se encargará un consorcio de instituciones.

Publicado en Granada Hoy el 26/10/2008.

26 de octubre de 2007: Manuel Chaves asiste a la presentación de la Memoria del Consejo Consultivo de Andalucía y lanza la propuesta: celebrar una gran efeméride que aglutine inversión pública y “sirva de trampolín” para el desarrollo económico. La conmemoración no se tiene que inventar, está a la vuelta de la esquina. En 2013 se cumplen mil años desde la creación del Reino de Granada, una época de la dominación musulmana que se prolongó hasta la caída de la Alhambra, el último y maravilloso reducto nazarí. En sus días de máximo esplendor, ese Reino abarcó las provincias de Granada, Málaga y Almería y, parcialmente, las de Córdoba, Jaén y Cádiz. Desde ese día se habla del Milenio. O del Milenario, porque sobre el término más apropiado giró el primero de los debates. El más estéril, pero hasta ése llevó su tiempo, dando así la razón a quien dijo que Granada es la tierra de las discusiones bizantinas.
Las primeras reacciones fueron positivas; casi entusiastas. El presidente de los empresarios, Gerardo Cuerva, no dudó en calificar de “fantástica” la propuesta porque atraería “a miles de personas” y supondría “el impulso definitivo para la finalización de las infraestructuras”.
CajaGranada no se lo tomó peor. Al día siguiente de que el presidente de la Junta hiciera el anuncio, tendió su mano para colaborar en el proyecto, a pesar de que todavía no había nada concretado. “Vamos a estar ahí, apoyando la idea y participando en la creación de un consorcio, si finalmente es ése el instrumento institucional y jurídico que se elige para la organización”, destacó un portavoz.
Desde el Ayuntamiento se dio el primer aviso. “La idea es estupenda y permitirá que Granada ocupe el lugar que le corresponde; sólo esperamos que el anuncio no sea un brindis al sol”, dijo el concejal Juan Antonio Mérida, que no pudo o no quiso dejar de ser suspicaz y recordó que un año antes del Milenio, o sea, en 2012, habría nuevas elecciones autonómicas, con lo que sugirió, sin decirlo, que la Junta podría sacar partido de lo que hiciera.
Mérida puso el primer eslabón en una cadena de reproches mutuos que, de mantenerse la actual dinámica de confrontación, va a terminar formando un collar más largo que los que se ponía Marujita Díaz en los años 50 para cantar que al Uruguay-guay no iba porque temía naufragar. Al concejal, de hecho, le contestó a principios de noviembre el subdelegado del Gobierno en la provincia, Antonio Cruz, diciendo que le sorprendía la postura tibia del Ayuntamiento, al que animó a “recoger el testigo” y a proponer acciones concretas, porque el Milenio, según su definición, podía ser “una percha en la que puedes colgar lo que sea”.
Agonizaba el año pero en absoluto la tensión que caracterizó a la anterior legislatura en Madrid y en Andalucía, que de hecho iba a más porque ya se olían los comicios de marzo de 2008. Así que, en ese contexto, a casi nadie sonaban extraños comentarios como los del presidente provincial del PP, Sebastián Pérez, que calificó la propuesta de Chaves de “pirueta electoral” y de “maniobra de distracción”, negándose a renglón seguido a apoyar el Milenio si no servía “para concretar nuevas inversiones”. Ni tampoco réplicas como la del secretario de Organización del PSOE en la provincia, Juan Manuel Fernández, quien, apelando al archiconocido ¿y tú qué?, tildó esos comentarios de “demagogia barata” y le recordó al líder popular que tres ex ministros de su partido, entre ellos Rajoy y Arenas, prometieron en la campaña electoral de Torres Hurtado a la alcaldía de Granada una Exposición Universal para el año 2012. “Eso fue una estafa”, agregó.
Y la cosa continuó por esos derroteros. “Será una coartada para retrasar obras”, declaró Javier Arenas. “Traerá proyectos de vanguardia”, contraatacó la por entonces delegada del Gobierno, Teresa Jiménez. “Es una ocasión histórica y no permitiremos que nadie ponga obstáculos en el camino”, prometió el secretario general de los socialistas, Francisco Álvarez de la Chica. “Apañados estamos si es él (De la Chica) quien tiene que definir inversiones, planes y plazos”, ironizó Eva Martín, ahora diputada autonómica popular.
Fue poco antes de las elecciones cuando los partidos empezaron a hablar de proyectos concretos. Sobre todo el PP, que en una suerte de carta a los Reyes Magos incluyó iniciativas tan variopintas como el teleférico a Sierra Nevada -poco antes rechazada por las consejería de Obras Públicas y Transportes y Medio Ambiente- las escaleras mecánicas a la Alhambra, la transformación del edificio del Banco de España en un museo para la ciudad -aun a sabiendas de que la Junta lo quería como sede de Escuela de Fiscales- o la organización de los Juegos del Mediterráneo en 2016. Ambicioso como pocos, Javier Arenas dijo en mayo que el Milenio debía ser para Granada “lo que la Expo para Sevilla o las Olimpiadas para Barcelona”.
El PSOE, por su parte, lanzó la idea de crear un parque metropolitano en la Vega Sur, hacia Ogíjares y La Zubia, y también, como quien no quiere la cosa, deslizó que en ese año ya estarían acabadas las grandes infraestructuras pendientes, especialmente la alta velocidad. Aunque ahí había truco, porque eso ya estaba previsto con o sin Milenio. Por lo demás, no se apuntó a los Juegos del Mediterráneo, pero sí a la Universiada.
El último trimestre del año parece haber traído un cierto aire de consenso. Puede que influido por la visita que su líder, Mariano Rajoy, hizo en septiembre, el PP se ha mostrado más conciliador y, aunque de vez en cuando ha vuelto a pedir lo imposible -el teleférico, reclamado por enésima vez el 17 de ese mes- también es cierto que suyas han sido otras ideas más razonables, como luchar por que el centro histórico de la ciudad sea declarado Patrimonio de la Humanidad, a la que los socialistas se han sumado.
En un plano más local, el PP también ha llevado la iniciativa, porque le correspondía por su mayoría absoluta, y el 22 de septiembre consiguió el respaldo unánime del Ayuntamiento a 19 proyectos concretos, que no sólo abarcan las infraestructuras, sino la reforma de barrios como el Albaicín, el Sacromonte y la Zona Norte, la conversión de Granada en capital mundial de la Poesía y en sede de depósitos culturales como el Centro de Arte y Cultura Contemporánea o la puesta en marcha de la Bienal de Flamenco y Música Andalusí. Voluntariamente, los tres grupos políticos -PP, PSOE e IU- dejaron fuera del debate otros asuntos más proclives a la controversia, como el traslado del ferial, el Parque de la Vega o la mejora de los accesos a la Alhambra. Así, al menos, se consiguió fumata blanca en el ámbito municipal.
Eso, por añadidura, parece haber abierto la senda de la concordia entre instituciones de rango superior, aunque a estas alturas es imposible saber por cuánto tiempo se va a mantener el buen rollo. Chaves y el consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, ya han dicho que la firma de un consorcio para gestionar el Milenio es inminente y han añadido que en el mismo habrá representantes no sólo de la capital, sino de otras ciudades próximas y hasta de otras provincias, las citadas al principio: Málaga, Almería, Cádiz, Córdoba y Jaén. Ahora lo que falta es lo más importante: poner los euros encima de la mesa. O, como se dice tanto últimamente, inyectar dinero a la causa. El PP fracasó en su idea de que los Presupuestos Generales del Estado incluyeran una partida de 500 millones para el próximo ejercicio -lo cual hasta tenía lógica si se tiene en cuenta que no especificaba para qué- pero sí es probable que en las cuentas autonómicas sí haya consignación para cuestiones concretas.

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