El Cuarto Real de Santo Domingo: un jardín nazarí en peligro

Publicado en Ideal el 29/09/2008.

Antonio Orihuela Uzal.

Han pasado dieciocho años desde que en 1990 el Ayuntamiento de Granada, que presidía D. Antonio Jara Andreu, adquiriese el Cuarto Real de Santo Domingo, con objeto de restaurar y abrir al público el monumento nazarí y sus jardines. Desde entonces cuatro alcaldes y cinco corporaciones municipales han avanzado lentamente, con opciones cambiantes y contradictorias, hacia esos objetivos, que aún no han sido alcanzados plenamente.

Las obras de restauración de la torre-qubba, único elemento declarado Bien de Interés Cultural, fueron dirigidas por los investigadores de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC) entre 2001 y 2004. Aunque el edificio nazarí quedó apto para ser visitado, en los cuatro años que han pasado desde entonces sólo ha estado abierto a visitas públicas guiadas durante unos meses del año 2007. En ese mismo periodo, siguiendo las directrices del proyecto ganador de un concurso restringido de arquitectura, la huerta anexa se convirtió en un parque público, que fue inaugurado en abril de 2004.

Las primeras campañas de excavaciones arqueológicas (1995 y 2000-2001) demostraron la existencia de un jardín medieval vinculado a la qubba, que permaneció delimitado por sus tapias originales al menos hasta la ocupación del Convento de Santo Domingo por las tropas napoleónicas. Los estudios complementarios posteriores, realizados durante las obras de restauración, han demostrado que se trata de un conjunto nazarí de fines del siglo XIII, más antiguo que la mayor parte de los palacios y jardines conservados en la Alhambra. Las siguientes campañas de excavaciones han corroborado la disposición simétrica de los andenes del citado jardín y han descubierto los restos de otro conjunto palatino, con diferente orientación, en la huerta donde se realizó el parque público.

Un nuevo documento gráfico de gran interés, localizado en un archivo privado por el investigador D. Cesáreo Jiménez, nos muestra la situación del Cuarto Real en el año 1843. La fiabilidad del plano viene corroborada por su coincidencia con las descripciones de los viajeros contemporáneos (G. Hoskins, L. Tenison, etc.) y con las primeras fotografías lejanas del conjunto, realizadas por Carpentier hacia 1857. Se muestra con claridad la torre-qubba con unas pequeñas edificaciones laterales anexas y el recinto rectangular del jardín cerrado por tapias, que todavía conservaba lo fundamental de su trazado y sistema hidráulico medievales. Se puede apreciar perfectamente la pequeña fuente ubicada en el pórtico delante de la qubba, e inmediata a ésta aparece en el inicio del andén central del jardín una alberca octogonal de mayores dimensiones.

A principios de este año la Gerencia Municipal de Urbanismo y Obras del Ayuntamiento de Granada y la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura llegaron a un acuerdo para convocar un Concurso de ideas para la ‘Rehabilitación/Reforma de la edificación anexa a la Qubba del Cuarto Real de Santo Domingo para edificio municipal’ (BOP 31/03/2008). El acuerdo suponía que el Ayuntamiento cedía en sus planteamientos defendidos con mayor o menor convicción durante muchos años, y corroborados por los informes de las últimas excavaciones arqueológicas de 2005 y 2006, respecto a la demolición del edificio del siglo XIX y la recuperación del jardín nazarí. No deja de ser curioso que durante estos años de bloqueo de las iniciativas municipales en Granada, en el Palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla, el equipo científico-técnico de la Escuela de Estudios Árabes haya podido dirigir la recuperación del jardín medieval que se encontraba soterrado en el Patio de las Doncellas. El proceso completo de excavaciones, proyecto y obras se desarrolló entre los años 2002 y 2005, sin sufrir ningún tipo de retraso o trabas administrativas. Mientras que en Sevilla se ha podido eliminar una solería de mármol que había sellado durante casi cinco siglos el jardín original, en Granada se va a impedir recuperar un jardín más antiguo, relacionado con una torre-qubba de valor excepcional, por mantener unas intervenciones decimonónicas de ínfimo valor patrimonial.

El actual concurso de ideas, que se va a resolver en los próximos días, ha seguido un proceso accidentado, con reclamaciones y recursos presentados por varios equipos de arquitectos que han denunciado diversas irregularidades (arbitrariedades administrativas, reuniones del Jurado sin el quórum preceptivo, etc.), que al final han impedido presentar sus opciones a los dos equipos en los que se integraban los investigadores de la Escuela de Estudios Árabes. Quizás un asunto de tanta transcendencia para el patrimonio histórico de esta ciudad no debiera quedarse resuelto por el fallo de un jurado compuesto exclusivamente por los respectivos responsables políticos y funcionarios de sus departamentos. Una ciudad que aspira a que su centro histórico sea incluido en la Lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO, como ya lo han sido la Alhambra y el Albayzín, no debería dejar pasar la oportunidad de recuperar en su integridad el jardín nazarí del Cuarto Real de Santo Domingo, la mayor joya del patrimonio andalusí que existe en el centro de Granada.

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