Publicado en Ideal el 17/06/2008.
Juan Romera y Juan M. López
HASTA 2004, todos -Ayuntamiento, Junta de Andalucía y ciudadanos- estábamos de acuerdo en trasladar el nuevo ferial junto a Bobadilla, tal y como se había aprobado por unanimidad en el PGOU del 2000. El problema de esa parcela era que el Ayuntamiento ya no podía obtener allí ‘beneficios especulativos’. Por eso, aunque nadie se oponía al proyecto, el gobierno municipal surgido en 2004, decidió modificarlo. Lo ubicó -el concejal de Urbanismo era un rey Midas para esto-, en la zona más rentable a efectos especulativos: ‘Las Huertas’, junto a Neptuno. Y aunque sabían que esa zona era la más valiosa de la Vega, confiaban en la apatía ciudadana, en ‘comprar’ el silencio de los vecinos de la zona y en que la Junta de Andalucía cedería a sus presiones victimistas, permitiendo la degradación de la Vega.
El gobierno municipal y su cohorte de ‘beneficiados’ (caseteros, constructores, economistas) que -insistimos- nunca hasta entonces habían dicho nada, en un concertado arrebato de iluminación colectiva, se dieron cuenta de que Bobadilla (que obviamente seguía en el mismo sitio) ya estaba muy lejos. A cambio nos proponían un idílico parque-ferial en ‘Las Huertas’. Se suscitó un enconado debate del que nunca olvidaremos las aportaciones de ‘Mujeres por Granada’, ‘Izquierda Unida’, ‘Necesitamos la Vega’, ecologistas, etc , así como la igualdad de defensa que nos brindó IDEAL frente al poderoso gobierno municipal. Se demostró que ese ferial arrasaba la parte más valiosa de la Vega, con sus huertas catalogadas, sus cultivos tradicionales, sus acequias y árboles centenarios, etc.; pero además probamos que un parque y un macroferial de 170.000 m2 son incompatibles, porque para ‘plantar’ casetas, circo, columpios, aparcamientos, calles, servicios, etc , se exigen grandes explanadas de terreno enarenado y sin plantas. Al final, se demostró (conservamos la declaración escrita del presidente de los caseteros) que la operación era un burdo pelotazo urbanístico del gobierno municipal. De nuevo, se intentó trasladar el pelotazo a la vega-sur con idéntico rechazo ciudadano. Ahora, en el nuevo PGOU -ya aprobado inicialmente- el ferial no existe. Ni siquiera se le menciona. ¿Desidia?, ¿ineptitud? No. Simplemente quieren sacar el tema del debate ciudadano para después ‘colarlo’ donde más beneficios especulativos puedan obtener.
PERO ahora, ese gobierno municipal especulador se encuentra preso de su propia argumentación. En los últimos días, ‘Los Verdes’ han propuesto ubicar el ferial en el espacio Renfe-Estadio de la Juventud. En teoría el espacio es perfecto: se encuentra en pleno centro de la ciudad, con metro y AVE en la misma puerta. Tiene (lo hemos medido meticulosamente) más de 248.400 m2 de superficie, a los que se añaden más de 80.000 m2 de aparcamientos subterráneos en el Estadio de la Juventud; tiene acceso directo, sin semáforos, por la vía de Moreda (que se suprime) e incluso se puede habilitar durante los días de feria otro vial directo por la actual entrada de la Bobadilla. En definitiva, aunque nosotros seguimos manteniendo que sería un gravísimo error, porque un macroferial no puede efectuarse en un parque, el gobierno municipal y los caseteros, deberían estar encantados. ¿Ya tienen el sitio ideal! ¿Cómo podrán ahora chantajear a la Junta diciendo que ‘no tienen sitio’?; cuando en pleno centro disponen de más de 248.400 m2. Sólo en el espacio de Renfe tiene más de 158.000 m2 (pudiéndose ampliar en 33.000 m2 más hasta la entrada por Bobadilla); además de 80.000 m2 de aparcamiento subterráneo en el Estadio de la Juventud. Y sin embargo estamos seguros de que no lo van a aceptar. Porque en el fondo ellos también saben, aunque no lo reconozcan, que si allí se instalase un macroferial, el resto del año tendríamos un parque muerto, un macrodesierto enarenado con cuatro arbolillos en conserva, como sucede en todos los espacios con aparcamientos subterráneos: plaza Gerardo Cuerva, los Cármenes, el botellón de Hipercor, Einstein, etc Y sobre todo, porque perderían el pelotazo urbanístico (en forma de centros comerciales y viviendas), que con seguridad y aunque tampoco figuran en el PGOU, ya tienen planificadas. Por cierto, que el mismo gobierno local que ahora se opone al ferial en Renfe porque produce molestias vecinales, hace cuatro años pedía a los vecinos de Inmaculada-Genil (y después a los del Camino Bajo de Huétor) «un pequeño sacrificio de solo los seis días de feria, en beneficio del resto de granadinos». En definitiva, en este tema como en muchos otros, el gobierno municipal ha intentado especular creando un problema donde no lo había, y ahora se encuentra atrapado en sus propios argumentos.
El problema del ferial es sólo un botón de muestra de la política urbanística municipal, consistente en construir en la Vega y macizar la ciudad con el único fin de obtener plusvalías urbanísticas, intentando eludir cualquier planificación y debate, jugando al victimismo y ocultando en el PGOU las verdaderas intenciones.
SI algún día nuestra Corporación deja de jugar al sudoku urbanístico-especulativo y nos propone razonadamente que las 25 hectáreas de un ‘Córdoba 10′ inutilizado en el centro de la ciudad se conviertan en Campus Universitario; si destina la mayor parte de los 158.000 m2 de la zona de Renfe a un auténtico parque, sin aparcamientos (que se ubicarían en el estadio de la Juventud) con auténticos árboles frondosos; si decide defender los paseíllos universitarios, tras la vergonzosa cesión del rectorado a cambio de ¿qué inconfesables compensaciones?; si decide convertir nuestra Vega en parque rural, retirando esa propuesta de ampliar allí el Campus de la Salud, cuando ya sabe que existen terrenos limítrofes destinados a ello. En definitiva, si nos propone en el PGOU un modelo completo, consensuado y transparente de ciudad mediana, acogedora, con calidad de vida, que fomenta su rehabilitación interior y sus espacios públicos, que protege su vega declarándola parque rural; y que potencia su patrimonio, su cultura y sus servicios todos lo apoyaremos con energía.
Si -por el contrario- sigue manteniendo su burda política especulativa envuelta en una calculada indefinición, creando problemas artificiales para especular, abusando del victimismo, haciendo un PGOU para, una vez aprobad, negociarlo y modificarlo a conveniencia; si en definitiva su urbanismo se limita a ser una simple fuente de ingresos, solo conseguirá que hasta en los temas en que su victimismo resulte cierto -como la conversión del Banco de España en Museo- dudemos de sus verdaderas intenciones.