‘Per fas et per nefas’: Traicionados

Publicado en Ideal el 05/10/2008.

Remedios Murillo Cubillas. Mujeres y  Ciudadanos por Granada.

Por una cosa o por otras, de grado o por fuerza -significado de esta bonita locución latina- al final traicionados, humillados, engañados Así nos sentimos los granadinos, por nuestras autoridades de todos los signos. Un solar de seis mil quinientos metros cuadrados jamás podrá ser de trece mil. Teatro si, como no podía ser menos cuando pueblos pequeños presumen hace tiempo de ellos, pero ¿el Gran Teatro que Granada se merece? Rotundamente, no. Nos sentimos traicionados por los dos grandes partidos, y conste que en nosotros no existe ese afán granadino de polemizar esterilmente, concepto que se está expandiendo por aquí o por allá, para, de una manera subliminal, callarnos la boca, sino de auténtico amor y generosidad para con la ciudad, de pensar en futuro, de tener una visión amplia de lo que pueda ser fuente de riqueza y proyección al exterior, germen de artistas, fuente de turismo, de Escuela de Danza, de cuerpos de ballet, de atracción de ese mundo glamuroso que rodea a todas y cada una de las bellas artes que puedan tener cabida dentro de un magnífico espacio escénico, que catapulte la fama de nuestra ciudad fuera de las fronteras catetas y mezquinas en que la estamos encerrados. Granada debe al Festival de Música y Danza haber creado en el mundo un halo de magia, misterio y sensibilidad que cada año, como si de una llamada de celo amoroso se tratara, hacen converger en el Generalife, en Carlos V, en los Arrayanes o en cualquier plaza o rincón de este Sur Penibético, a cientos de personas que vienen atraídas por no se que mundos oníricos, por no se que inquietudes que saben no colmarían aunque estas mismas interpretaciones las disfrutaran en su lugar de origen. La realidad, a veces, no es la parte importante de un todo, los sueños, la magia, los entornos, llenan de fantasía el espíritu y engrandecen el espectáculo. Son la tramoya invisible capaz de crear el ‘instante preciso’ de la total ensoñación. Granada es así.

La política con sus repartos rastreros -casi treinta mil metros para el Auditorio de Málaga-, con sus connivencias perversas hace crecer o decrecer a voluntad las distintas provincias, y al igual que con la inolvidable Reina Isabel la Católica, nuestro territorio se vio engrandecido, hoy, con esta autonomía que nos ha tocado vivir y esta partitocracia dura y sin corazón, alguien ha puesto su pie encima de Granada para que el ritmo y la andadura sea difícil y enlentecida. No olvidemos denuncias, que aunque fueron retiradas de la Fiscalía por intereses fraudulentos y silenciadas presurosamente, perviven en la memoria y hacen sangrar, porque los actores siguen su interpretación sobre el escenario, y el desarrollo de la trama de la obra va evidenciando cada día, la veracidad de lo denunciado.

Tendremos teatro, de eso no nos cabe ninguna duda, pero del mismo modo que tendremos metro y AVE: raquíticos, con escasas posibilidades, para salir del paso, para callar bocas que claman contra los agravios comparativos, sin excelencia… Seis mil quinientos metros cuadrados de solar no dan para más, y esa ceremonia que confunde a los no versados en urbanismo de «nos pedían diez mil metros y hemos dado trece mil» (Nieto y Mérida, ‘dixerunt’) expresado así, sin aclarar que están hablándonos de edificabilidad, no de solar, hace pensar en lo perverso del lenguaje y lo fácil que es engañar con un discurso bien preparado.

Es imprescindible que ante el Teatro haya una gran explanada donde puedan situarse unidades móviles, donde puedan parar los lujosos automóviles que traigan a los espectáculos a personajes importantes; a la entrada del teatro es obligado un gran hall polivalente en cuanto a su uso (rentabilizarlo con recepciones, cenas, bailes, etc.) un gran patio de butacas (mil quinientas) con unas necesidades mínimas en metros cuadrados de las que voces expertas dicen requieren tres metros por asiento (contando zonas comunes, pasillos, salidas, etc), gran foso para la orquesta, un escenario espectacular que iguale en metros casi al patio de butacas, unos almacenes para decorados y una dársena para carga y descarga de camiones que transporten decorados, vestuarios, mobiliario, etc., equipamientos todos que requieren estar en un mismo plano ¿Y todo en seis mil quinientos metros cuadrados? Luego, la altura es otro tema y la Escuela de Danza, imprescindible para Andalucía Oriental, talleres, roperos, clases, salas de ensayo, despachos, camerinos, etc, pueden ir en pisos subterráneos o superiores. Las cuentas están claras, el solar insuficiente, pero susceptible de fácil ampliación con una zona verde del Plan General, similar a la que se ha cedido al Parque de las Ciencias, facilidades al ser proyecto común de las dos Administraciones, Junta y Ayuntamiento, aspiraciones a ciudad cultural y necesidad de polos de desarrollo que tiren hacia arriba de una economía basada en el conocimiento y el turismo. Solar situado en una zona donde no ha habido cortapisas para donar a Caja Granada ocho mil metros incluida alguna pequeña zona verde también y concederle al ‘tótem’ del señor Campo Baeza, una altura excepcional. ¿Por qué entonces ese cerrar filas de los dos grandes partidos para racanear a la ciudad unos metros imprescindibles para que el proyecto sea el de un Gran Teatro y no el de un teatrillo? ‘Nunca es tarde si la dicha es buena’ y ningún inconveniente habría en esperar unos meses para que el Consejo Consultivo de Andalucía diera luz verde para ‘conceder el verde’.

Ciudadanos por Granada, desde nuestra perspectiva de Asociación independiente, en la que solo priman los intereses de la ciudad, ignorando siglas políticas, como lo demostramos apoyando a unos u otros puntualmente, no podemos callarnos y denunciamos la desidia de nuestras autoridades que trasmiten poca fe en el proyecto y son capaces de converger en las votaciones de un Pleno para traicionar los verdaderos intereses de Granada.

Cuando estoy ultimando esta colaboración me llega la resolución del proyecto del Cuarto Real: se eliminan los equipos especializados en arquitectura islámica (restauradores de la qubba) y, por unanimidad, se concede el proyecto a un arquitecto muy galardonado en arquitectura vanguardista (edificio negro del PTS) y a un catedrático de restauración que lleva años mil, ‘tratando’ de recuperar la Muralla de la Albérzana sin conseguirlo. Una vez más la sabia frase de la madre de Boabdil ha caído sobre esta difícil ciudad. Lo malo es que no llorarán los que no han sabido defenderla, sino todos los que amamos a Granada de corazón.

Artículo en Ideal digital.

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