Publicado en Ideal el 06/02/2009.
Remedios Murillo Cubillas, Coordinadora de Mujeres y Ciudadanos por Granada.
RAREZA es, que en plena crisis, cuando asoma el toro del hambre y del desempleo, a Granada, esta ciudad rara, se le ocurre hablar de grandes parques, de terrenos para el ocio y el paseo, de extensiones verdes necesitadas de cuido y riego robadas a las huertas, a las lechugas, a ese pan que dentro de poco puede ser la salvación para muchos. Ya hemos digerido demasiados ladrillos y se nos han indigestado, quizás sea llegada la hora de llenar nuestros estómagos con los frutos de esos cultivos de primor, sembrados por manos expertas y que crean alrededor de Granada un cinturón colorista de gamas multicolores, de frutos, que recogidos a la caída de la tarde, pueden ser consumidos sin mediar cámaras frigoríficas, esas tumbas de vitaminas convertidas en maquinitas de hacer dinero para llenar los bolsillos de los intermediarios y encarecer en muchos tantos por cientos, el valor de lo consumido.
Rareza es que Javier Torres Vela, ave de paso que pronto alzó el vuelo al parecerle pobre el nido, tocó el clarín para levantar los muertos del Milenio y con ello que se batan en retirada todos los huertanos de la zona Este de la vega. Mucho antes, la corneta del PP atronó con aires de feria, pretendiendo la estampida de la buena gente de la Vega Sur y, más pronto que tarde, en culto al dios cuerpo, trozos importantes de la Zona Oeste verán crecer, gimnasios, campos de golf y pistas de paddel, en lugar de maíces y hortalizas, como si cuando los ánimos están decaídos y el paro roe los cerebros por no encontrar un puesto de trabajo, el sonido de las pelotillas de tenis, fuera suficiente para ahogar los rugidos del estómago.
Hace días un conocido médico, en una carta a este mismo diario, manifestaba su extrañeza ante las cosas que ocurren en Granada. Me identifiqué mucho con sus palabras, pues hace tiempo que yo pienso lo mismo. Granada es rarita, puede ser grande y mezquina, bella y horrorosa, culta y “cuasi” analfabeta, engreída y orgullosa o mendicante y acomplejada. Tenemos un número de futuros licenciados que habrían de convertirla en un emporio de sabiduría, y la rareza está en que, por el contrario, amenazan con arruinar nuestras arcas cuando con sus botellones dejan toneladas de basura que necesitan mas de dos mil euros cada semana para recoger los detritus que nos regalan. Tenemos un barrio que es la belleza hecha cal y callejas, pero acumula robos y delitos en número tal que le ha convertido en el barrio sin ley, invisitable si tienes aprecio a tu integridad física Ciertamente que Granada es rara, y no es de ahora, eso ha ocurrido desde que esta ciudad existe y no hay mas que mirar al pasado, incluso a la Granada que se pierde en la oscuridad de lo mítico, esa que nos cuenta la historia de cómo los primeros pobladores lograron engañar a la legendaria reina Nata y pedirle un trocito de su reino para asentarse, solo un pequeño espacio, aquel que ocupase una piel de toro. La petición era tan modesta que la reina accedió y cual fue su sorpresa, cuando pasados algunos días vio ocupada una gran extensión del territorio. Aquellos avispados solicitantes habían cortado en finas tiras la piel del animal y, uniendo unas a otras, habían logrado rodear un enorme espacio en el que se habían aposentado. Deprimida la reina por haber caído en tan sutil engaño, se encerró en su cueva (Gar) hasta morir, Dice alguna de las múltiples leyendas sobre nuestras raíces que Gar-Nata, ese bonito nombre antiguo de la ciudad, tiene su origen en la gesta de los primeros timadores de nuestra historia particular. Y la sangre sigue tirando
Hasta el galardonado arquitecto Kengo Kuma, desde la lejanía ha logrado avistar que los mejores edificios de la ciudad moderna, los que van a rodear su Granatum, tienen “geometrías muy fuertes”que no están acordes con el entorno. En pocas palabras esa “potencia” que él atribuye a sus convecinos, es una manera de decir lo que muchos granadinos ven, pero nadie osa pronunciar. Cuando la arquitectura es bonita, cuando es valiosa y poderosa, lo sería mucho más si no estropeara paisajes ni ocultara panoramas. Y aquí aparece esa nueva rareza del “Tótem” del MA y sus contradicciones. Enormemente alto, pero enormemente inútil. Poderoso en su potencia y endeble en su utilidad ¿era necesario fusilar unas preciosas vistas de la sierra, para servir de pantalla de proyección? Podríamos proyectar en su pétrea superficie el trozo de Sierra Nevada que ha robado a nuestra vista, así le convertiríamos en un trampantojo que nos adelantaría unos kilómetros el hallazgo maravilloso de una Sierra ocultada. Cuando de las carreteras españolas casi estuvo a punto de desaparecer la bella estampa del toro de Osborne, fue porque los conductores en su contemplación perdían de vista unos segundos la carretera por donde circulaban. Sobrevivió a costa de perder su conocida grafía, todo por la seguridad del automovilista y esta Navidad, en una vía rápida, en una circunvalación de trazado mas que peligroso, este edificio pantalla -que fue diseñado para eso- proyectaba una atractiva felicitación de Navidad.
Rareza es, que cuando numerosas ciudades luchan por estar en los primeros puestos de la mejor agricultura ecológica, esa que se rifan los mejores mercados, y que, posiblemente sea la salvación para muchas patologías que estamos sufriendo; mientras capitales vecinas montan depuradoras y dispositivos para una agricultura saludable y rentabilísima, todos los ojos del poder de esta sufrida ciudad, se fijan lujuriosos en estas vegas, para hacer con ellas otras “rarezas”. Estaremos al lado de los huertanos oponiéndonos a tamaño disparate.
Miren ustedes si esta Granada es el no va mas de la rareza que las azafatas preparadísimas que ha llevado la ciudad a los stands de Fitur, venden el Milenio como la Conmemoración de los Mil años del Reinado de los Reyes Católicos. ¿Se habrá vuelto rara también la historia?
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