Publicado en El Periódico el 10/07/2007.
El nuevo ministro de Sanidad, Bernat Soria, puede ir tomando nota. El 20% de los españoles mayores de 18 años confiesa que el consumo de alcohol entre menores es un problema que les afecta “personalmente” y casi el 80% considera una medida útil la prohibición de que lo hagan en la calle y los lugares públicos, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. El sondeo fue realizado a finales de febrero, una semana después de que la entonces titular de Sanidad, Elena Salgado, paralizara el proyecto de ley para impedir el consumo de alcohol por menores, ante la oposición del sector vinatero y autono-
mías productoras de caldos como La Rioja y Castilla-La Mancha. La norma contaba con el apoyo de médicos, educadores y asociaciones de padres.
CONTRA EL ‘BOTELLÓN’
Junto al respaldo a la prohibición del consumo en público o botellón, la encuesta apoya otras medidas restrictivas contempladas en la norma. Así el 86% es partidario de vetar la venta en lugares donde se realicen actividades dirigidas a menores y el 71,9% considera útil limitar la publicidad de bebidas alcohólicas en los tramos de máxima audiencia infantil y juvenil. El proyecto prohibía esta promoción en los programas de radio y televisión entre las seis de la mañana y las nueve de la noche.
Los participantes en el sondeo, encargado por el Gobierno para verificar la posición de la opinión pública en general, respondieron de forma mayoritaria (más del 90%) que el consumo de alcohol entre los menores es un problema importante, que perjudica a la salud y lleva a malos rendimientos escolares, malas relaciones familiares, mal humor, estados anímicos irritables y violencia. Además, casi el 80% atribuye al alcohol relaciones sexuales poco responsables y dependencia futura.
CONTROL FAMILIAR
No obstante, los españoles no se muestran tan convencidos de los efectos positivos de prohibir a las tiendas la venta de alcohol a partir de las diez de la noche. Casi la tercera parte lo consideran poco o nada útil. Un porcentaje similar no apoya que se sancione a los menores por consumir bebidas alcohólicas en los lugares prohibidos legalmente. Apuestan, en primer lugar, por que las familias ejerzan mayor control y, en segundo, por que en los centros escolares se les oriente sobre los peligros del alcohol. El desarrollo de medidas preventivas por parte de las administraciones se sitúa en tercer lugar.
Los encuestados están de acuerdo con el sector vinatero en que los adolescentes pasan de consumir vino solo. Pero lo incluyen dentro del problema. Mezclado con refresco, el famoso calimocho, es tomado por el 21,8% de los menores, seis puntos menos que los combinados con licores fuertes y un porcentaje similar al de la cerveza.
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